Antología de pensamientos misóginos
Por Iñaki Urdanibia
Si Eva fue la culpable del parto con dolor y del sudor de la frente, por tentar al bueno y obediente Adán que andaba por allá, sin mayores problemas ni preocupaciones, su segunda esposa, Lilit, le salió más rana todavía ya que ella le dio como descendientes a cantidad de demonios. Y siempre así, de mal en peor a lo largo de la historia, siempre la mujer como tentadora, como accidente -como las tempestades, por ejemplo- para el apacible hombre(masculino); el hombre activo, protagonista, viajero, la mujer como obstáculo y como sustancia no pulida, por excesivamente cercana a la naturaleza. La lista sería larga, desde el poema de Gilgamés en el que la mujer es utilizada para enredarlo todo, pasando por la Pandora de Hesíodo, que lo lía todo, a las sirenas que cautivan y engañan con sus cantos al viajero Ulises, o Calypso, o…más tarde vendrían las brujas; además ahí tenemos las abundantes palabras de las siempre juiciosas boquitas masculinas de, por ejemplo, un san Pablo, unos judíos ortodoxos- que hoy todavía-siguen dando gracias a Yaveh diariamente, entre otras cosas, por no haberles hecho mujer ( tal vez hayan nacido por generación espontánea), o uno de los prohombres del islam, Alí, que hablaba de que Alá a la hora de distribuir: había dado a las mujeres nueve partes de sexualidad mientras que a los hombres les dio una parte solamente …lo cual lleva al comportamiento desbocado de éstas, y, en consecuencia, a las medidas que con respecto a ellas se han de tomar para evitar el desastre de los seres masculinos…velos, escisiones, infibulaciones; la mujer en casa, la pata quebrada… para esos seres vilipendiados por los hombres, hasta por los considerados más sabios, como hombres incompletos (Aristóteles), por su incapacidad para alcanzar la autonomía personal y la ilustración(Kant), por la correspondencia de sus cabellos largos y las ideas cortas (Schopenhauer),…o por el brutal consejo nietzscheano de que cuando se vaya con ellas es necesario llevar el látigo…¡y no sigo!
Viene toda esta larga entrada, en la que me he embalado, pero es que hay temas que no son para menos, provocado por la lectura de un muy aconsejable, no sería abusivo decir necesario , libro de la profesora Anna Caballé: «Una breve historia de la misoginia» ( Ariel, 2019); el libro había visto la luz anteriormente , hace doce años, editado por Lumen; ahora la autora retoma el libro y lo actualiza en lo que hace a la introducción contextualizadora y a la ordenación de los textos antologados; « esta edición presenta ligeros cambios respecto a la anterior: se ha corregido algunos errores, revisado la bibliografía y se han agrupado los capítulos para facilitar la periodización».
El objetivo del libro queda desde el principio absolutamente claro y definido, la profesora catalana, Anna Caballé, presenta una antología de textos misóginos, desde la Edad Media hasta la más falócrata actualidad; precedida de una introducción en la que la mujer se interroga acerca de a santo de qué tanto odio. Los textos elegidos pertenecen fundamentalmente al campo de lo literario, aunque también pueden verse, especialmente en lo que hace a los tiempos primeramente visitados, textos jurídicos, y del pensamiento. Palabras que denigran a las mujeres que se meten en camisa de once varas, descalificaciones basadas en el aspecto físico, cierto cachondeo permisivo con respecto a los malos tratos…Asistimos boquiabiertos, siempre que no estemos ya curados de espanto, a un cúmulo de perlas como para hacer un aberrante collar de…ortigas.
En la ya aludida presentación, rápida y rabiosa, motivos no le faltan a la autora, deja claro su propósito de mostrar el siempre presente desprecio que hacia las mujeres se ha dado a lo largo de la historia, y ello debido a la mirada dominante siempre masculina, si bien ésta también parece guiar los pronunciamientos de ciertas féminas; así vemos en este océano insultante, codo con codo, a Alfonso X el Sabio, Juan de la Encina, Quevedo, Góngora o Gracián, a Ortega y Gasset, Pío Baroja, Unamuno, Valle Inclán …y en el hoy que se lee, a Francisco Umbral, Gabriel Albiac, Arcadi Espada, Sostres, Santiago Segura en sus Torrentes, Pío Moa (parece que hay gente que lee esas falacias), Mario Vargas Llosa, junto a sus hermanas, Carmen Martín Gaite, Empar Moliner, etc. ( resulta cuando menos curioso, por no recurrir a interpretaciones más interesadas y seguramente certeras, que en la presente ocasión hayan caído de la lista algunas que eran mencionadas, como cómplices, en la introducción a la primera edición: curiosamente tanto Almudena Grandes como la graciosilla Elvira Lindo escriben en las páginas del diario global, vamos en el grupo Prisa, dándose la coincidencia de que Anna Caballé en la actualidad colabora como crítica literaria en el suplemento cultural Babelia) ¡Pues qué bien! En la actualizada introducción, la dureza del doble rasero, se ofrecen ejemplos de la diferencia de trato con ejemplos del panorama literario, en el que las mujeres brillan por su ausencia o por su escasa presencia, se habla del MeToo, la polvareda provocada en el comité de la Academia sueca que otorga el Nobel de literatura que ha provocado que este año no se haya entregado dicho galardón, y se marcan las diferencias de trato que reciben los escritores( Gabriel García Márquez, Camilo José Cela o J.M.Coetzee) y las escritoras ( Elfried Jelinek ) cuando tratan de temas relacionados con el sexo. Verdaderas lecciones de literatura, que amplían el foco hacia terrenos afines ( Arthur Schopenhauer u Otto Weininger; apoyándose en Carlos Castilla del Pino) que ponen el dedo en la llaga, en las llagas, con respecto al trato diferente que reciben unos y otras, el no-trato o la abismal diferencia que se observa cuando los periodistas interrogan a un hombre que escribe o a una mujer que lo hace.
Juega un papel esencial la organización de los textos organizados por épocas, lo que facilita la labor lectora y de consulta: así, se comienza la travesía por los siglos que van del siglo XIII al XVI ( Anónimos, Alfonso X el Sabio, Pere Torroella, Jaume Roig, Juan de la Encina, Fernando de Rojas, Mateo Alemán, Infante don Juan Manuel,Teresa de Cartagena, Juan Luis Vives, fray Luis de León, Lope de Vega, Calderón de la Barca ….), el siglo XVII ( Quevedo, Baltasar Gracián son los que monopolizan las páginas)
, el XVIII( Diego de Torres Villarroel, Moratín, José Cadalso, Félix María de Samaniego, Gaspar Melchor de Jovellanos, Tomás Iriarte, …), XIX y XX ( Mariano José de Larra, Espronceda, Fernando Sabater- no confundir con su casi homólogo contemporáneo- , María del Pilar Sinués, Francisco Pi i Maragall, padre Antonio María Claret, el Código Penal de 1870-, Código de Comercio de 1885 y Civil de 1889, Gustave Deville, Gustavo Adolfo Bécquer, Leopoldo Alas “Clarín”, Rafael Cansinos-Asséns, Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Zorrilla, Armando Palacio Valdés, Marcelino Menéndez Pelayo, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Juan Valera, … ) ( Pío Baroja, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset, José María Pemán, Francisco Ruiz Jarabo…); y el XX ( algunos repes -Baroja y Unamuno- se unen el coro dealgunos documentos históricos y hombres de Iglesia, como el cardenal Isidro Gomá y Tomás, Jacinto Benavente, Enrique Jardiel Poncela, José Antonio Primo de Rivera, Luis Jiménez de Asúa, Santiago Rusiñol…y una peña de cómplices: Carmen de Burgos, Mercé Rodoreda, Pilar Primo de Rivera, Carmen Baroja, Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite…). [ Me he permitido citar algunos de los nombres propios, los que me han parecido más sonados, evitando pararme en el cúmulo de sandeces que en la medida en que avanzan los siglos crecen en soberbia, al añadírsele la presunción de que se tratan de afirmaciones basadas en la ciencia y en la propia biología , que hace que unos sirvan para lo que sirven, mientras que las otras no pasan de ser adornos, amas de casa, madres desvividas por su hijo y por el padre e éstos, o animales pasionales desbocados que obnubilan la equilibrada mirada de los machos, tentados ellos…].
Cada capítulo va precedido de un análisis en el que se subraya el centro de gravedad que funciona como eje sobre el que funcionan los pensamientos y falacias de la época visitada: en el primero se detallan las afirmaciones relacionada con las malas mujeres y los hombres valerosos y las temerosas mujeres; en el segundo se trata de donde hay rosas, hay espinas ; en el siguiente se habla de petulantes y petimetras; a continuación se dedican páginas a amor y pedagogía, y también a las literatas, caballos y peces, concluyendo con Natura don dat…; El miedo al feminismo, y,,,las cómplices.
No me duelen prendas ( a lo más siento un pequeño dolor de cabeza ante las necedades leídas) a la hora de repetirme en la recomendación de este material de indudable interés que se ha de convertir en material de combate contra la oleada de voces que proponen la marcha atrás o el freno a los avances hacia la igualdad de derechos y otros ( es que provocan, es que la dictadura de las feminazis, es que …pobrecitos los hombres que son maltratados debido a las teorías- ellos, los rancios falócratas, dicen “ideología”-de género y la murga de las mujeres violadas, abusadas, asesinadas… por aquello de la tiranía de lo políticamente correcto) ; textos clarificadores, y significativos, que no son mera anécdota sino la base ideológica sobre la que se alza la desigualdad, el desprecio…y que bien pueden , y deben, servir para los comentarios de texto en las escuelas e institutos; y lo digo por aquello de la transversalidad, y por el simple, y necesario, respeto para con la mitad del cielo…