Aniversario de la muerte de Simón Rodríguez
Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Desde su juventud sintió una fuerte vocación por la educación, convirtiéndose años después en un paladín de la defensa de la escuela publica. La revolución francesa, las concepciones del libre pensamiento y el socialismo utópico marcaron su pensamiento ideológico, que supo transmitir a Bolívar y a toda una generación de jóvenes caraqueños.En mayo de 1791 ―cuando ya tenía 21 años― el Cabildo de Caracas le dio un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. En esta escuela tuvo la oportunidad de ser el tutor del futuro libertador Simón Bolivar .
Si bien su figura ha trascendido por haber educado al libertador y posteriormente haberse convertido en su amigo y compañero de ideales, Simón Rodríguez fue uno de los grandes pensadores de su época. Fue un pedagogo muy progresista para su tiempo, intento revolucionar la educación en todo el continente.. Su ideas estaban muy influenciadas por el pensamiento de Jean Jacques Rousseau.
Simón Rodríguez formo parte de la famosa conspiración de Gual y España, descubierta el 13 de julio de 1797. La intentona fracaso y tuvo que huir hacia La Guaira, para embarcarse en un galeón con destino a Jamaica. Durante su largo exilio fue conocido como Samuel Robinsón. Desde allí se traslada a Europa y recorre varios países del mundo. Bolívar se encontraba en París desde 1803, y Simón Rodríguez formaba parte de sus amistades más cercanas. Ambos disfrutaban de largas tertulias, a veces solos y otras acompañados de Fernando Toro o de algún otro personaje. En 1805 emprendieron una larga travesía hasta Italia, cruzando a pie los Alpes. Fueron de Chambéry a Milán, luego a Verona y Venecia, Padua, Ferrara, Florencia y Perusa. Por último, llegaron a Roma. Aquí fue donde subieron al Monte Sacro y se produjo el famoso juramento de Bolívar de libertar América: «Juro delante de usted (así describe Rodríguez el juramento de Bolívar), juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor, y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español».En la ciudad de Nápoles sus trayectorias se separaron: Bolívar regresó a América; Simón Rodríguez volvió a París y de ahí marchó a Alemania, y luego a Prusia, Polonia, Rusia e Inglaterra. Según su propio relato, trabajó en un laboratorio de química, participó en juntas secretas de carácter socialista, estudió literatura y lenguas y regentó una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia.Animado por las noticias que le llegaban de América y los triunfos militares de su amigo Bolivar , emprendió su viaje de regreso en 1823. Una vez enterado de la estancia de Rodríguez en Colombia, Bolívar le escribió una carta en la cual lo invitaba a encontrarse con él en el sur, donde se hallaba en plena campaña en Bogotá, primer lugar de estancia a su regreso. Sus primeros pasos se encaminaron a instalar una «Casa de Industria Pública». Deseaba, más que nada, dotar a los alumnos de conocimientos directos y habilitar maestros de todos los oficios.En 1824, el mismo Bolívar ―en carta al general Santander― decía que su maestro «enseñaba divirtiendo». Este espíritu que intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español se reflejaría en toda la obra y el pensamiento de Simón Rodríguez. A pesar de las influencias recibidas por la Ilustración Intenta adaptar estas nuevas ideas a la realidad concreta del continente. Según Simón Rodríguez: «Las leyes deben ser adecuadas al pueblo para el que fueron dictadas, […] deben adaptarse a los caracteres físicos del país, […] deben adaptarse al grado de libertad que permita la Constitución, a la religión de sus habitantes, a sus inclinaciones, a su riqueza, a su número, a su comercio, a sus costumbres y a sus maneras». Setenta años después de su muerte (hacia 1925) sus restos fueron trasladados al panteón de Perú, y en 1954 al Panteón Nacional de su Caracas natal. Tanto Simón Rodriguez como Bolivar fueron los dos grandes inspiradores del pensamiento del Comandante Hugo Chávez.