Analisis de las elecciones vascas: Se ha pinchado el globo
Durante décadas el unionismo ha hecho creer, siguiendo la máxima Goebbelsiana de que una mentira mil veces dicha se convierte en verdad, que la mitad de los vascos eran nacionalista y la otra mitad eufemísticamente “no nacionalistas” o constitucionalistas. La depravación era cotejada con una realidad distorsionada por los efectos de la violencia pero sobre todo por la ingeniería electoral que a golpe de ilegalizaciones, y demás triquiñuelas represivas, moldeaba un escenario cercano a ese planteamiento del unionismo lealista.
Hoy esa virtual realidad ha dejado balbuceando sandeces a los “analistas políticos” de TVE1 incapaces de explicar que la “derrota de ETA” oficial y obligatoria (ya lo decíamos hace un año) no casaba ni casa con el auge de la izquierda abertzale, del independentismo. Son incapaces de explicar porque cientos de miles de vascos y vascas han votado a la izquierda abertzale cuando llevan más de una década habalndo de su desarraigo, minorización, grapización y decadencia.
Nada casa en Madrid. Los resultados de EHBildu son históricos porque no hay fuerza política en el mundo que en un territorio tan pequeño y tras más de una década de ilegalizaciones y represión pueda sacar unos resultados tan espectaculares, contradiciendo la verdad oficial, y plantándose como una alternativa real de izquierda ante el saqueo capitalista que llaman crisis, y soberanista ante la negación de Euskal Herria como nación.
Así es, no solo no cuadran las cuentas de EHBildu con la “realidad del telediario”. La campaña del PP con el lema “somos el 51%” se ha quedado en un miserable 11%. El unionismo constitucionalista llega justito al 30% de ¡los votantes! cuando se arrogaban ser el 51% de la sociedad vasca (siempre se olvidan de la abstención). Nada es lo que dicen que era.
Una abstención por otra parte apreciable (%35 )y lógica si tenemos en cuenta que la crisis del Sistema, sobre todo de la representatividad de los partidos al servicio del capital ha calado hondo. Lo que ocurre es que ante alternativas como EHBildu o partidos como el PNV que no son , oficialmente por lo menos, de obediencia estatal, la decadencia del PPSOE ha sido lo que ha incrementado la abstención. Es decir la abstención esta vez, además de la estructural, se ha nutrido de votantes del unionismo además de algún nostálgico de otros tiempos y algún que otro despistado que se queda más en las formas que con los fondos.
La izquierda federalista o de obediencia estatal por otra parte se queda fuera, además de por su división (ezker anitza/EB juntos hubieran superado el 4%) por su incapacidad de incardinar un discurso lógico de izquierda en una lógica en la que es el soberanismo desde la izquierda la que entronca la horizontalidad, el consenso, la unidad de acción. Persistir en discursos estatalistas con la que cae es estar lejos de entender que las mayorías decisoria en estos momentos históricos han de parirse desde lo común que es mucho y se encarna en EHBildu. La izquierda federalista debe hacer una autocrítica en Euskal Herria porque sigue sin entender que el marco autónomo de lucha no es un capricho táctico sino una esencia estratégica y mayoritaria en la izquierda vasca.
El nacionalismo aranista ha sacado unos resultados excelentes pero no ha subido respecto a otras veces. Sigue en su alto techo pero no es hegemónico como en los inicios del autonomismo. Ahora debe de leer los resultados con cuidado. Mientras el PSE se jacta tras el batacazo de que sigue siendo determinante (¿será porque, como dijo Laura Mintegi en el debate de ETB, el pacto está pactado y bien pactado entre PNV-PSE?) los jelkides deben saber que dos de cada tres vascos de la Navarra Occidental o Comunidad de Euskadi han votado por opciones que defienden el derecho a decidir en sus programas, es decir, más del 60% ha votado abertzale, un dato a tener en cuenta sobre todo viendo que en el 2014 va a haber un referéndum en Escocia, Flandes anda revuelta y el Principat de los Països Catalans avanza hacia un escenario sobre el que el Lehendakari se tendrá que posicionar a sabiendas de que el 60% del electorado ha votado por materializar el derecho a decidir.
Ni que decir que el final de ciclo que se está dando en Euskal Herria no solo compete a la CAV. En la CFN o Alta Navarra puede darse en ese sentido un vuelco que acentúe el papel del Lehendakari de la Navarra Occidental como elemento vertebrador de un proceso que acoja en su seno a toda la Navarra peninsular.
Ver a Cospedal en su alocución postelectoral felicitando primero a Basagoiti por su batacazo demuestra que en efecto la necedad del ciego es irreversible. En España siguen ciegos ante una realidad que demuestra que la marginalidad de los constitucionalistas o unionistas es una evidencia física no una imagen virtual. En verdad siguen creyendo que su retahíla de mentiras negacionistas son la definición de la realidad, lo resultados lo demuestran…no hay más ciego que el que no quiere ver.