maite, campillo

Amar es combatir (a la memoria de Cipriano Martos)

 

La certeza

(Vivencia nicaraguense) Después de cuatro horas de tortura, el Apache y los otros dos cuilios le echaron un balde de agua al reo para despertarlo y le dijeron: ”Manda decir el Coronel que te va a dar un chance de salvar la vida. Si adivinas quien de nosotros tiene un ojo de vidrio, te dejaremos de torturar”. Después de pasear su mirada sobre los rostros de sus verdugos, el reo señaló a uno de ellos: ”El suyo. Su ojo derecho es de vidrio”. Los cuilios asombrados dijeron: ”¡¡Te salvaste!! Pero, ¿cómo has podido adivinarlo? Todos tus cheros fallaron, porque el ojo es americano, es decir, perfecto”. Dijo el reo, sintiendo que le venía otra vez el desmayo: ”Muy sencillo, fue el único ojo que no me miró con odio”. Lo siguieron torturando hasta dejarlo muerto.

La desinformación un arma del poder en manos del fascismo

Héroes y Mártires, entre camaradas y compañeros, ya que amar es combatir para toda revolucionarix que se aprecie aun con la lluvia de balas o a pesar de ella y contra ella y aun a rrastras sobre el lodo, es tiempo de amar, crear, asumir y no negar ni tergiversar por gusto al héroe ni al mártir asesinado. Dentro de la lógica capitalista los hay que viven de la trampa taponando las salidas como vertederos de agua sucia, por sus hechos vamos deduciendo quien dice la verdad como a los que de verdad dicen la mentira, sus actitudes terminan descomponiéndose al sol de los perfiles definitivos de la victoria, y quienes su sombra son y los que de ella viven, acorde al contrarreloj del contrapeso tanto como las gentes que piensa mal y de los medios que bien piensan. Pues la mentira no es encuentro de ceremonias para sentenciar como jueces ramificados al poder, definiéndonos entre buenos y malos, ya que tiene el peso de una pluma que más temprano que tarde los vientos llevan, incluso vestida de carnaval caduca, en cuantito a la luz sale la causa real por la que al revolucionario le usurpan la vida, inflamando los ánimos de quienes compartieran la misma causa, deslizándose sobre el espejo resbaloso entre piedras y caminos como fantasmas de un largometraje inexplicable utilizados por medios prestos a silenciar o desinformar, volcando cubetazos de contaminación ácida sobre sus vidas, pero las lluvias y vientos de la revolución no se detienen nunca, el tren gira, gira y gira y vuelta a empezar su lluvia regenerada en la implicación de los vientos a favor. Hay empecinados en la historia cuya trama se forma de acuerdo con las particulares circunstancias de cada quien. Los hay especialistas del tergiversar de un rojerío incendiario que han descubierto del progresismo, que si se mira bien con la etiqueta por pantalla, se pueden negar muchas cosas hasta hacer ver que la libertad de expresión existe, sin que nada objetivo haya cambiado. Los hay con bozal contra virus, gabardina y paraguas, nunca les pusieron capucha en la cabeza ni conocieron comisaría alguna cuya sesión de torturas implicara sus cuerpos. Hay incluso famosos historiadores, artistas y periodistas en llamar democracia la imposición mediática y ciencia a sus soluciones para que reine la paz, apoyando guerras y ofensivas imperialistas como pasó en Iraq, o Rusia, utilizando Ucrania como soporte, o apoyando y hasta votando los que desarrollan su profesión y su vida allá, por el presidente electo de los Estados Unidos, o los que éste mismo imperio elige como (presidentes) para Latinoamérica. Y es que siempre mienten los que nunca dejan de mentir, a la vez que van mintiendo van adornando a los que propician la miseria y la desnutrición ayudando a asentar la democracia, de los que para tener ‘libertad de prensa y derechos constitucionales’ compraron diarios y radios y plantas de TV con todo (como ocurría en Nicaragua, Chile, Venezuela…) y periodistas y locutores y camarógrafos, compraron la constitución política e impusieron a quienes dio la gana sin elecciones ni votaciones de ningún tipo y la Asamblea Legislativa y Corte Suprema de Justicia y los que para dormir tranquilos y seguros tomaron un carro como autoridad con su chófer noche y día y fieles gorilas por guardaespaldas ¡por miedo a los terroristas!, y los que no pagan a hacienda, pero son generosos sobretodo con la iglesia y el ejército alabando desmedidamente al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas… Ellos son, los que efectivamente, por cúmulo de efectivo y propiedad, tienen todo que perder; mientras los ‘terroristas’ por miedo al desahucio luchaban por un jornal.

A la memoria de Cipriano Martos

Tras un enredo de suposiciones, dudas y desequilibrios vitales de angustia y desconocimiento el hilo de su cordón umbilical se contrae y vuelve a su punto de partida. La madre se revuelve una vez más quiere comprender salir de la oscuridad que les oprime, y recorre el mapa saltando de lo rural a una ciudad desconocida, hacia el mismo cuartel genocida base de la Guardia Civil donde la negación se reproduce con tanta facilidad, negando una vez más no conocer ni saber nada y que les dejen en paz y que se vaya si quiere al hospital a probar suerte haber si allí encuentra a su hijo; posiblemente un rubor de esperanza se aferró a ella quizá y allá se fue, y pasó lo mismo, siempre lo mismo de la misma manera fría, cortante, y la insistencia se multiplica y quiere hasta pedir de rodillas ver a su hijo vivo llorando o riendo, pero el desgaste de la humillación es una evidencia que la alerta a abrazar la única salida el desenlace drástico, lo quiere ver vivo o muerto ¡pero lo quiere ver! y descubrir que pasa que han hecho con él y las lágrimas brotan de su cara como una descarga orquestal. Y la guerra del tiempo evapora los minutos y las horas y la desesperación se convierte una vez más en angustia y la tormenta en lágrimas y las lágrimas caen de rodillas como ella, y solo las patadas sobre su cuerpo de los asesinos de su hijo, suenan como un enredo de monstruos y fieras negando la luz al día, será la respuesta de que se vaya de que se pierda de una vez de que les dejen en paz o tendrán problemas con lajusticia. La madre siente en ella el cordón umbilical con su hijo, en el que juntos pelearon la vida no muerte, y se revuelve y se retuerce y el tiempo pasa y no se mueve y ve lo que no les dicen y se callan, que la Guardia Civil se retira de la escena, y que un grupo de varias personas intervienen sacando de una de las habitaciones un bulto envuelto en sábanas, y nadie quiso hablar con ellos, silencio rotundo en el hospital cómplice, nadie dicen nada ni oyen ni hablan solo amenazas. El bulto envuelto en sábanas es la confirmación, y la lluvia generosa brota y cae regando sus ojos como epifanía de confirmaciones y manantial de amor, azar y sincronías, como un recordatorio evidente de que la felicidad de los inocentes no es un amanecer cualquiera de libertad bañado de mariposas: <<lo peor que cuando llegamos al cementerio solo vimos la tierra fresca, como que acababan de enterrar a alguien, pero allí no había Guardia Civil ni nada>>.

Se sigue apoyando el crimen de otros pueblos y culturas, ocultando que aún sigue habiendo presos políticos en el E. español, hasta hablan y escriben sobre hechos que dan como ciertos pero que no lo son silenciando a su vez la mayor parte de la degradación y corrupción. Mienten sobre todas las cosas tal es el empeño al parecer de la España democrática entre algunos de sus profesionales contando la historia al revés. Ahorita es sobre el caso del militante asesinado Cipriano Martos, sobre el que hubo años de silencio absoluto, como uno más ‘desaparecido’ del archivo oficial. Nunca se había hablado tanto en los medios mucho más que cuando lo asesinaron en el E. español hubo un silencio sepulcral angustioso en los medios, a excepción de algunos países que si sacaron notas en eco de los datos de la APEP, agencia de prensa encuadrada en el FRAP, junto a una campaña de denuncia llenando paredes y lanzando octavillas por doquier principalmente en el exilio. La campaña por la exhumación de sus restos en una fosa del cementerio de Reus donde lo tiraron como despojo, a dado lugar a escribir alguna que otra reseña sobre dicho antifascista militante del PCE (ml). Pero la farsa aplicada a defender de una y otra manera la trama franquista abierta desde 1936, hasta nuestros días persiste, se sigue en la más absoluta impunidad nada de base ha cambiado, a los golpistas asesinos y torturadores los ascendieron y condecoraron, forman parte de las mismas instituciones que defendieron los padres, sus hijos, hasta de los gobiernos de la democracia con las mismas actitudes e instinto que en vida del General. Vivimos un mundo al revés que cuenta que los malos son buenos -y los que no malos malísimos- y los rojos de su invento los disfrazan azules con alas de cielo: ”Cipriano Martos llevaba 21 días ingresado en el hospital Sant Joan de Reus pero nadie había avisado a su familia desconocían <QUE SU QUERIDO HIJO Y HERMANO SE HABÍA VISTO OBLIGADO A INGERIR> durante el interrogatorio en el cuartel de la Guardia Civil, el ácido sulfúrico ‘que encontraron en su casa’ cuando fue detenido el 25 de agosto de 1973”. Mira que bien amaestrado lo tenían atado y bien atado de pies y manos, presta la escena a la espera del crimen anunciado tras la detención, el ingerir unos traguitos a la salud de asesinos y torturadores brindando por la Benemérita.

Hay otras formas de querer parar la máquina de guerra, el sufrimiento y la destrucción humana, para suicidarse uno mismo sin contar con el enemigo, tu asesino directo. No conozco a ningún militante, y conozco muchos con iguales resultados, que por su voluntad ni obligado se bebiera el solito el ácido inflamable y lo digo por experiencia pues muchos han sido en el E. español y toda Indoamérica los torturados y tantos y más miles los asesinados. En este caso desde el levantamiento militar que nunca cesó ni con la muerte de su General, y se supone sin complejo de equivocarse que estaría bien amarradito de pies y manos; al igual que Julián Grimau no se lanzó por la ventana de la DGS por las mismas circunstancias porque se lo pidieran sus asesinos, ni a todos los que lanzaron por las escaleras en su propio edificio sin siquiera llegar a comisaría como el estudiante Ruano, tampoco se explican los asesinatos en democracia que bandas incontroladas han ejecutado, ni que el no menosincontroladoEmilio Hellín condenado a 43 años de prisión en 1982, por el asesinato de la joven estudiante Yolanda González, se presente en los juzgados como instructor de Policía y Guardia Civil. No más que por poner algún ejemplo, de entre los miles de casos que no cientos. En cuanto al caso de Martos, simplemente la casta de torturadores le abrieron la boca forzándola con algo más que con palabras introduciendo con forces y maña dominada el ácido llamado cóctel de la verdad. Y no es respuesta señalar como VERDAD todo el arsenal que expone la policía como capturado en sus fantasiosos informativos y partes de guerra declarada como serial de Hollywood lo recogido en detenciones y asaltos (No). No se bebió el ácido, se lo metieron forzándolo y torturándolo e insultándolo y pateándolo, odiando y desgarrando, sumando aberración como todos sus actos y la desinformación hizo el resto, dar por hecho lo que la policía y sus torturadores de la Guardia Civil dicen tener a su disposición, el crimen organizado, en su casita ajustada a una economía extrema de explotación y desprecio. Y quien dice eso, ¿la Guardia Civil, el periodista x, y qué otro x lumbrera afirma la información de sus verdugos como si fuera culpable de su muerte la propia víctima?, ¿cuántas son las potencias sociales aferradas al destructor de vidas, de ideas, de ideología proletaria, del respirar, del querer comer y no tener?

Cipriano Martos no ingiere por voluntad propia un ácido sulfúricoque días antes la Guardia Civil había encontrado en su casita <quien así lo afirme sea G. Civil o quien sea miente>. Ni sus manos se posaron sobre su dolorida boca amordazada para que su tubo digestivo bailara en llamas. No le tuvieron que hospitalizar por gusto ni tenía que haber ingresado como detenido, como Ángel Campillo, fue un secuestrado desaparecido `INCOMUNICADO´en el caso de este durante un mes con un final en manicomio, en el caso de Martos 23 días con un final en la tumba. La situación padecida por Cipriano Martos, no se explica dada su militancia prácticamente temprana y sin ninguna responsabilidad sobre otros aunque sí ante sus acciones de masas como parte de una vanguardia avanzada, lo que representa a la época que más muertes sufrieron los pueblos del E. español fusilados y asesinados de una y otra manera durante el golpe de estado. Haciéndole padecer como un misterio absoluto dentro de un poder del mismo nivel, una conducta sobre su persona en métodos aberrantes de índole legionario o mercenario en plena guerra contra un pueblo, patéticos y antagónicos a lo que debería representar en sí la ley y por ende antagónicos con lo ocurrido con otros militantes del mismo partido en los muchos consejos de guerra en que estuvieron envueltos. Por esas mismas fechas se encuentra uno de los casos más conocidos de los últimos años del dictador, el del anarquista Salvador Puig Antich, cuando el 25 de septiembre de 1973, fue detenido en un enfrentamiento armado con la Policía y luego ejecutado a garrote vil meses después en marzo de 1974. En dicha ocasión como en las de los consejos que llamaron en medios de comunicación ‘Guerra al FRAP’, como en los tres fusilamientos últimos de militantes de su mismo partido PCE (ml), hubo consejo de guerra premeditado y engañoso un títere juicio y peor condena aunque no en todos los casos del mismo Partido y Frente, ya que ha habido detenciones y entregas en mano como la de Ángel Campillo y muertes encubiertas desde su formación como partido y sobre todo las ha habido entre militantes de ETA (hablo de la última etapa del franquismo y posterior a su muerte). A Cipriano Martos le desaparecieron, nunca existió, esa fue la orden oficial por lo que el conflicto no existió, no se pudo internacionalizar, apelar, machacar puertas, reventar a pedradas el cuartelillo con todo ni siquiera darle gusto al Papa a que intercediera, por su vida que no iba a poder salvar como no salvo los cinco fusilamientos de 1975 y tantos otros y muchos miles desde 1936 (y durante siglos como en la inquisición).

Muchas han sido las veces que en medios y libros han analizado con igual simplicidad a los que luchan: ”los comunistas son así” ”los independentistas terroristas” ” los anarquistas están contra todo” ”rojos masones muertos de hambre” etiquetas benignas oscureciendo la historia y los mapas haciendo gigante al más imperialista siempre. Fidel lo explica muy bien en su discurso pronunciado en el acto central conmemorativo del XXX Aniversario de la Victoria sobre el fascismo el 8 de mayo de 1975: ”La Unión Soviética se había esforzado por preservar la paz, se había esforzado por reunir a todas las fuerzas antifascistas de Europa, predicando hasta el agotamiento la necesidad de frenar el fascismo, pero ello chocó contra la ceguera y la sordera de los dirigentes de los países capitalistas. El derrocamiento del fascismo creó condiciones nuevas para todo el mundo. Antes de la Segunda Guerra Mundial, si mirábamos los mapas de África, nos encontrábamos con que no había un solo pueblo libre en todo el continente africano; si mirábamos al continente asiático, veíamos que existían muy pocos pueblos que no estuvieran colonizados en aquel continente; si mirábamos a la América Latina, la veíamos absolutamente dominada por el imperialismo yanqui. Unas pocas potencias se habían repartido el mundo, lo esclavizaban y lo explotaban”. Muchas las ocasiones en que a Martos le han presentado intencionadamente como un obrero simple y miserable, un inocente un ignorante un trabajador rural del campo y un albañil en la emigración sin más cualificación, una especie de pobre hombre analfabeto y esto sí que es grave poco más que bobo que no sabía ni donde se había metido y como si le conocieran de algo y hubieran tenido algún vinculo se dice de él ser utilizado, no sabemos si para salvarlo del mal ‘rojerío’, hasta ser manipulado por la organización y sus camaradas más ‘listos’, ensalzando la cara del cuento al revés alejándolo en el fondo de la militancia consciente y de lo ejercido contra él por la Guardia Civil como si no fuera ‘nadie’. Pero lejos de esas desagradables e intencionadas descripciones tendenciosas, cerrando filas sobre una España única que bien les remunera para sentirse con tales alas de importancia cual jurados de causa. Por el contrario a Martos lo detienen no por enfrentamiento armado con la policía sino por el simple hecho, de repartir octavillas reclamando una jornada laboral de ocho horas y mejores condiciones laborables. Por eso resulta muy extraño que solo por ello fuera, no solo detenido y acusado de propaganda ilegal (que se hubiera entendido dada la represión en que todo estaba prohibido hasta el respirar), sino obligado hasta morir a ingerir el odio de sus torturadores. Una vez más se hace realidad el dicho d’ Mark Twain: ”Si usted no lee el periódico está desinformado, si usted lee el periódico está mal informado”.

He de señalar y defender en nombre de muchas personas que, Cipriano Martos, era un militante íntegro, luchador y antifascista abnegado a una causa justa que no a la del franquismo, ni progresismo abstracto, de una conciencia proletaria en evolución constante social y revolucionaria, con una voluntad de hierro que hoy muy pocos, y digo bien, de los que se tildan de izquierdas la tienen. He de aclarar, y no solo por él, por su propia familia y cientos de camaradas proletarixs de su misma condición, que aguantó las torturas hasta el final trágico de su vida sin haber traicionado a ninguno ni ninguna de las que en verdad fueron camaradas. Lo que sí fue Cipriano, y en absoluto es un desprecio, sino despreciable quien desde los años cuarenta sumió en la miseria total las capas más dignas y trabajadoras, ciertamente fue un campesino pobre que como miles de andaluces, extremeños, castellanos, maños… tuvo que emigrar en un intento de dejar el lado más apestoso de la miseria y de la ignorancia en que bautizó los pueblos la iglesia y su ejercito de matones, emigrando hacia Catalunya, en busca de trabajo precario y un servicio militar impuesto como soldado de la mala patria, tomando una basta conciencia proletaria sobre la utilización de la mala política y mayor explotación.

PD.

A Miguel Hernández también lo despreciaron muchos intelectuales por campesino por ser de pueblo rural y no de la intelectual burguesía, incluso algunos se burlaron de él porque le gustaba cantar cuando le apetecía y recitaba según dichas ‘élites’ sin tener un don especial para ello, y porque era pueblo no más, además de poeta y pastor que demostró que podía ser tanto o más poeta y revolucionario como el que más sino mejor pese a morir muy joven aún y con una guerra impuesta por medio además de la miseria. No todos pueden decir que mueren sin renunciar a nada como morir mueren los verdaderos revolucionarios. Cipriano Martos, campesino sin tierra, fue desde otro ángulo y momento histórico un ejemplo de la clase obrera a respetar y no mentir sobre él, una piedra de toque de dignidad, un hito de militante pobre, muy pobre, pero honrado muy honrado, y de una entereza que más de uno hoy quisiera su entusiasmo y voluntad, en definitiva en este siglo flaco y pelado de revolucionarios, no deja de ser para todo y toda luchadora antifascista del mundo, un ejemplo de comportamiento a no olvidar, ni confundir ni tergiversar ni silenciar la verdad de los hechos históricos del por qué existieron y por qué murieron, y que a los independentistas vascos como a los miembros del FRAP y PCE(ml), se les torturaba por sus ideas hasta morir, tanto a hombres como a mujeres con saña y violencia patológica como psicópatas.

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

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