A propósito de la guerra que están dando últimamente los falangistas
El colectivo cívico INFORMACIÓN Y AGITACIÓN, ante la guerra que últimamente, con distintas marcas de cara a la galería (ya sea La Falange, ya Falange y Tradición), están dando los “falangistas”, no puede menos que posicionarse y hacer algunas reflexiones al respecto; y es que la cosa tiene su gracia: todas las carreteras, calles y plazas de nuestros pueblos, en un alarde de atosigante policromía, llenas de polis de todos los colores, todas las vías públicas sembradas de todo tipo de cámaras “de seguridad”… y a la hora de la verdad, ¡nadie ve a nadie ni sorprende a nadie in fraganti haciendo el mal! ¡Ningún artilugio grabador registra nada! Cuando, según de qué se trate, por acciones significativamente menores (fijar carteles de denuncia o informativos –por ejemplo-) enseguida aparecen ellas, las denominadas Fuerzas de Seguridad, prestas a atizar o democrATIZAR a golpe de identificación, multa… o golpes diversos con lo que más a mano tengan, en lo peores casos. Sí, curioso cuando menos que quienes como San Fermín, todo lo ven, no vean nada en según qué casos.
Como el árbitro ultra-casero que nunca ve penalty en el área visitante Y ¿qué decir acerca del derecho de manifestación de los falangistas, que siempre les es concedido? ¿Qué acerca de nuestros políticos, demócratas de toda la vida –o casi-, de esos que, estén quienes estén en la Delegación del Gobierno, siempre permiten que los falangistas campen a sus anchas? De esa clase política que, como es sabido, les deja manifestarse para tratar de amedrentar al pueblo, usando a los fascistas a su antojo, ora soltándoles el lazo como si de perros de presa se tratasen, ora recogiéndolos, según cual sea la coyuntura del momento; y es que, ¿cómo explicarnos sino que, con los antecedentes que en cualquiera de sus acepciones tiene La Falange, siempre, por sistema, se autoricen sus concentraciones? ¿No existe la Ley de Partidos para ellos? Prosigamos; ¿por qué a unos, a Askatasuna el día de las regatas de Donostia –por ejemplo-, se le deniega el derecho de manifestación en base a los presuntos incidentes que podrían producirse y a otros, a La Falange, siempre se les autoriza… aun a sabiendas de los disturbios que se van a producir? ¿No es válida la acción preventiva, en este caso? ¿Se imputará a sus líderes los pertinentes delitos de exaltación del terrorismo y de amenazas, tan a la orden del día para otros por estos lares? Y la Falange, he aquí la madre del cordero, ¿qué gana con esto, con circos como el montado en Pamplona el domingo 11 de octubre? Porque algo ganará, sino ¿para qué se presta a los mismos semejante cuadrilla de Torrentes? Así las cosas, llegados a este punto, queda claro lo siguiente: que a alguien, por lo que sea, (¿tratar de amedrentar tal vez? Va a ser que sí) le interesa que esos disturbios se produzcan, y que para que tengan lugar necesitan a otro alguien con suficiente capacidad de… “convicción” para ello, digámoslo así.
          Y a nuestros políticos un último aviso, antes de acabar: que también con o contra ellos puede ir la jugada llegado el momento, por lo que perfectamente les puede salir el tiro por la culata. Además, 1936, no sería la primera vez. Y si no lo creéis, id a la web de Falange y ved con vuestros ojos qué dicen de vosotros los fascistas, esos que, por los intereses de que se trate, os están haciendo ahora el trabajo sucio. ¿Que qué decir y decirles, señores políticos? Que no jueguen con los fantasmas del pasado. Que no juguéis a resucitar viejos miedos para tratar de frenar posibilidades de cambio en Nafarroa como la actual. Que os andéis con cuidado, tal y como dice el fascio en su página, a no ser que todo sea una burla; que tengáis cuidado con lo que hacéis, porque el que juega con fuego puede quemarse finalmente… y las llamas pueden alcanzar a los demás, y con un treinta y seis ya tuvimos bastante. Y es que, según qué cosas, mejor ni mentarlas. La próxima vez que vengan o amenacen los fascistas con hacerlo de ustedes depende que no lo hagan: no nos defrauden, para algo tienen nuestros los votos, la ley y los medios para ello. 
          JAVIER OTXOA, http://informacionyagitacion.blogspot.com/