A modo de idea
Por Mikel Arizaleta
Mi amigo bávaro-alemán Harald Martenstein está preocupado por los cientos de miles de refugiados que, huyendo de sus países, arriban a Europa. Y le da vueltas por las noches. Y en el insomnio otoñal se le ha ocurrido una idea, que me la envía por carta manuscrita con varios subrayados y alguna corrección. Dice así:
Cientos de miles, quizá hasta millones, de personas quieren, están emigrando a Europa, arriesgando incluso su vida. A mí de inmediato me viene el recuerdo de la DDR, de algo muy semejante ocurrido allí en 1989. Muchos alemanes se jugaron la vida en la frontera porque no querían seguir viviendo en la DDR. En la DDR debiera existir hoy día una especial consideración por los refugiados, pero por desgracia ése no es el caso. Me imagino qué hubiera ocurrido si en 1990 en Alemania no se hubiera llegado a la reunificación. Hoy unos 12 millones de ciudadanos, de los entonces 17 millones de la DDR, vivirían en occidente. El problema de refugiados de alemanes dentro de Alemania se solucionó mediante la reunificación.
Con los países originarios de los refugiados se debiera hacer como con la DDR. Sé, soy consciente, estoy hablando de una propuesta arriesgada. Pero quien en 1988 hubiera dicho: “Déjenos que Alemania se reunifique de nuevo, fuera el muro, porque ésta es la solución”, a éste tal se le hubiera tachado de iluso.
Se salvarían cientos de miles, tal vez millones de personas, si ciertos países se convirtieran de nuevo en colonias, hablo por ejemplo de Nigeria, Siria o Somalia. Es verdad, el colonialismo fue perverso, pero lo que llegó después, al menos en algunos casos, ha sido peor. Y si tengo que elegir entre un mal pequeño y uno mayor, en virtud de mi experiencia elijo siempre el menor, aun cuando me amonestéis y reprendáis por ello. Las guerras civiles se sofocan militarmente, y es evidente con gran costo de vida. ¿Pero acaso la situación actual no está sacrificando la vida de miles de personas? Luego habría que montar de nuevo la infraestructura. Habría que introducir el euro, la libra o el dólar, crear medios libres y una justicia independiente. Por regla general los políticos actuales de tales países son carne del tribunal internacional.
Posiblemente luego de algunos años las condiciones de vida de aquellos países se parecerían a las de aquí, a las nuestras. Y en cuanto la situación lo permitiera la gente tendría que votar si preferían pertenecer a Francia, Gran Bretaña, USA o incluso a Alemania o regresar a su situación anterior. Estoy casi seguro del resultado de la consulta.
En tal caso estos países no deberían estar gobernados por blancos sino, por ejemplo, por ingleses o franceses negros o por afroalemanes. Los otrora señores coloniales hoy ya no tienen ese talante racista, ese comportamiento dictatorial de los años 1900. Estaríamos hablando de otro colonialismo, de un colonialismo más sensible, más pacífico, más eficaz, más ecológico, de salario mínimo, de placas solares y mandatarios igualitarios. Lo siento tener que confesar, pero habría que permitir un cierto capitalismo. La tromba de refugiados a nivel mundial muestra clarísimamente que la gente de alguna manera considera atractiva una vida dentro del capitalismo. Como ocurrió en la DDR.
Sí, se podría hacer, si bien la parte más costosa sin duda sería la parte militar. La cosa se presenta más fácil y asequible en los Balcanes, porque también de sus estados llegan muchos refugiados. Sería cuestión de erigir allí de nuevo la monarquía constitucional Austria-Hungría, y elegir emperador cada dos años de un país diferente. Sobre todo en fútbol Austria-Hungría darían una buena imagen.
Pero no, me temo que mi idea es irrealizable. Con un saludo.
Mikel Arizaleta