La depresión es como caerse a un pozo profundo y oscuro, sin saber como ha podido pasar y que algunos piensen que es culpa tuya por caerte al pozo o que te acuse de que lo has hecho a propósito. Con la diferencia de que cuando alguien se cae a un pozo se ponen los medios para sacarlo y en el caso de las enfermedades mentales no se hace.
En España a nadie le importa la salud mental, con una sanidad pública degradada intencionalmente con afán privatizador, la salud mental siempre ha estado a la cola mientras los efectos de una sociedad cada vez con más presión psicológica iban destruyendo mentes y vidas.
Hay más muertes por suicidios que por accidentes de tráfico, pero es un dato que raramente se tiene en cuenta, las estadísticas de accidentes de circulación son comunes, pero los suicidios son un drama que esconder, tapar, a los que no se les busca ni explicación, ni una solución.
La Sanidad es cada día peor en general, un desastre que llega tarde para los enfermos y no se hace una verdadera labor de prevención.
La salud mental ha sido siempre la gran olvidada, un tabú también para los gobiernos, aún siendo una fuente de sufrimiento para cada día más enfermos y familias abandonadas a su suerte.
Vivir en una sociedad enferma, salvaje y sin empatía tampoco ayuda a la salud mental. «No es una medida de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma. Jiddu Krishnamurti».
Es una sociedad que no deja tiempo para vivir, con un alto nivel de estrés, competitiva, frustrante, donde los problemas laborales, económicos y familiares son reales llevando al limite a unas mentes cansadas. Estoy convencido de que el tratamiento no puede ser solo farmacológico.
No hay una generación de cristal, lo que pasa es que educamos a nuestros hijos para que sean seres humanos con empatía capaces de construir un mundo mejor, para que luego se encuentren con que vivimos en una sociedad inhumana, sin empatía, hipócrita, salvaje y sin valores donde solo cuenta el dinero.
Una sociedad injusta donde solo cuenta lo material, y la gente sobrevive hasta que se muere buscando el modo de ganar más dinero y sin tiempo para gastarlo con la familia y los amigos.
Los discursos de algunos de nuestros políticos son la muestra palpable de la terrible de sociedad en la que vivimos.
A nivel humano cada día damos más pasos hacia atrás y la barbarie gana terreno al humanismo.
Cosas que el humanismo renacentista ya había superado, pero que esta sociedad de consumo, de tener cosas, pero no valores humanos, la sociedad de la información pero también de la desinformación y la ignorancia, donde sembrar odio y miedo vuelve a ser una estrategia política.
En esta sociedad es fácil caer en el pozo, no es difícil llegar al límite y estallar, nadie está a salvo por eso debería importarnos de verdad.