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Coordinadora por Palestina de Chile exige al gobierno que demande la expulsión de Israel de la ONU

La Semana Internacional del Desarme 2024, que comienza el 24 de octubre, en el 79⁰ aniversario de la Carta Fundamental de las Naciones Unidas, pasa desapercibida, sin que ningún gobierno haya programado actividades que subrayen su importancia. Pareciera que están más ocupados haciendo la guerra y desarrollando la carrera armamentista que preocupados en ponerle fin.

Esta semana también nos invita a reflexionar sobre el silencio cómplice que perpetúa los crímenes de guerra en Palestina.

En Gaza, el holocausto palestino se intensifica día a día sin un alto al fuego a la vista, violando el derecho internacional humanitario y principios éticos. Los palestinos, agotados por un año de ataques incesantes y hambruna, están a merced de sus agresores. Las imágenes de ejecuciones, desplazamientos forzados y otros abusos nos impactan, dejándonos sin palabras ante la cruda realidad que se vive en Gaza. Mientras tanto, en el Líbano, el régimen sionista sigue un camino similar, convirtiéndolo en una segunda Gaza.

Estados Unidos, principal proveedor y financiador de Israel, garantiza su impunidad para continuar cometiendo atrocidades contra los pueblos palestino y libanés, en abierta violación del Derecho Internacional Humanitario.

Esta complicidad convierte a Israel en un símbolo del imperialismo armamentista, que no solo ocupa y coloniza, sino que exporta su modelo represivo a nivel global. El desarme internacional no puede ser una aspiración vacía si Israel sigue adquiriendo armas y tecnología de vigilancia sin rendir cuentas.

Chile debe alzar la voz e instar a los países latinoamericanos a unirse en una cruzada por la justicia, el derecho a la paz y la liberación del imperialismo. Un esfuerzo coordinado por los Estados de la región podría marcar el inicio de un embargo militar integral que aísle a Israel, tal como ocurrió con el apartheid sudafricano.

En este contexto, el presidente Gabriel Boric tiene la oportunidad de demostrar un verdadero compromiso con el respeto a los derechos humanos, el derecho internacional y las obligaciones legales de Chile. Esta Semana del Desarme podría ser el momento ideal para que Chile se posicione claramente, presentando ante la ONU una solicitud formal para la expulsión de Israel como miembro, debido a sus continuas violaciones de las resoluciones de este organismo y los principios de la Carta Fundamental de las Naciones Unidas, e imponiendo un embargo militar integral contra Israel, siendo un referente en la defensa de los derechos humanos.

La ONU, compuesta por 193 países, nació para “trabajar por la paz, el progreso y la defensa de los derechos humanos”. Sin embargo, ha fracasado en su deber de salvaguardar a los Estados frente a las agresiones de potencias como Estados Unidos y la OTAN, quienes han estado implicados en crímenes y guerras invasivas, especialmente en Palestina y otras zonas del Medio Oriente. Además, son responsables del prolongado bloqueo a Cuba y las sanciones impuestas a diversas naciones, socavando la soberanía de los países mientras la ONU
permanece en silencio.

Hoy, Gaza, Líbano y otras regiones son testimonio vergonzoso del fracaso de la ONU para proteger los derechos humanos básicos. Lo que alguna vez fue un faro de esperanza y paz, hoy se derrumba bajo el peso de la inacción y la complicidad de sus miembros más poderosos.

Chile debe instar a la ONU a retomar su compromiso con los principios fundamentales de paz, justicia y derechos humanos, y a reformar profundamente el organismo para garantizar un orden internacional más equitativo, donde se respete la soberanía de todas las naciones y se actúe con justicia ante las agresiones. Como afirmó Fidel Castro en su discurso ante la ONU en 1995, “El anacrónico privilegio del veto y el uso abusivo del Consejo de Seguridad por parte de los poderosos, entronizan un nuevo colonialismo dentro de las propias Naciones Unidas.”

Hoy, la ONU es atacada en todos los frentes, mientras Israel desprecia sus resoluciones con el respaldo del Consejo de Seguridad. Urge defender la ONU en su proyecto original, reformándola para que cumpla sus objetivos y logremos un mundo mejor para todos.

No solo los gobiernos tienen un rol. Los pueblos deben asumir su responsabilidad histórica y presionar a sus líderes. En Chile, es el momento de exigir que nuestro país se sume a este esfuerzo global. Solo un embargo militar, respaldado mundialmente, puede detener la maquinaria bélica de Israel y forzar el fin de sus crímenes.
El desarme es, en última instancia, una lucha por la dignidad de los pueblos oprimidos, su derecho a vivir sin miedo y el fin de la violencia impuesta por el imperialismo. Que esta Semana del Desarme no sea solo un ejercicio retórico, sino el inicio de una transformación tangible hacia un mundo donde ningún Estado pueda seguir violando los derechos humanos con impunidad.

COORDINADORA POR PALESTINA

 

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