on la condena a muerte de Wirîşe Muradî, al menos siete presos políticos kurdos se enfrentan actualmente a la pena de muerte, mientras que al menos otro preso ha sido sometido a desaparición forzada. Los presos políticos kurdos en Irán han sufrido graves presiones durante muchos años. Debido a sus actividades políticas y culturales o a su asociación con grupos de la oposición, con frecuencia se les acusa de delitos graves como «enemistad con Dios» (moharebeh) y «acciones contra la seguridad nacional», que a menudo acaban en condenas de muerte. A estos presos se les niegan sistemáticamente sus derechos legales, incluido el derecho a un juicio justo, el acceso a asistencia letrada y el derecho a una vista pública. Este artículo examina la situación de siete presos políticos kurdos condenados a muerte y un caso de desaparición forzada.
Pres@s polític@s kurd@s que enfrentan sentencias de muerte
Hatem Ozdemir
Hatem Ozdemir fue detenido y condenado a muerte acusado de «enemistad con Dios» por su presunta asociación con grupos de oposición kurdos. Su caso ha suscitado preocupación por las irregularidades en los procedimientos judiciales, con informes de tortura y coacción para obtener confesiones forzadas. A Ozdemir se le ha privado de condiciones de detención justas y de sus derechos procesales, lo que ha suscitado gran preocupación en la comunidad de derechos humanos.
Yousef Ahmadi
Yousef Ahmadi fue condenado a muerte por actividades políticas y pertenencia a grupos de oposición kurdos. Al igual que otros presos kurdos, Ahmadi ha sufrido torturas y fue obligado a confesar. Las organizaciones internacionales han pedido reiteradamente una revisión transparente de su caso y un proceso judicial justo.
Pakshan Azizi
Pakshan Azizi, una de las presas políticas kurdas, se enfrenta a una severa condena. Fue condenada a muerte por sus actividades políticas y su asociación con movimientos kurdos. La situación de las presas políticas kurdas en Irán es especialmente alarmante, ya que a menudo sufren tortura física, abusos psicológicos y acoso sexual.
Hamid Hosseinnejad Heydranlou
Hamid Hosseinnejad Heydranlou ha sido condenado a muerte acusado de «enemistad con Dios». Al parecer, ha sufrido torturas durante su detención, y su juicio se celebró en privado, sin supervisión pública. Su caso es un ejemplo del flagrante incumplimiento de las normas sobre juicios justos en el sistema judicial iraní.
Nayeb Askari
Nayeb Askari fue condenado a muerte por presunta cooperación con grupos de oposición kurdos. Los informes indican que Askari también sufrió tortura durante su detención y fue juzgado sin acceso a procedimientos judiciales justos. Su condena a muerte ha suscitado la reacción generalizada de activistas de derechos humanos.
Shahin Vasaf
Shahin Vasaf es otro preso kurdo condenado a muerte, que se enfrenta a cargos relacionados con sus actividades políticas y sus conexiones con grupos de oposición kurdos. Los informes de derechos humanos señalan graves problemas en la tramitación de su caso, como la denegación de sus derechos legales e importantes fallos en el proceso judicial.
Wirîşe Muradî
Wirîşe Muradî se enfrenta a la pena de muerte acusada de «enemistad con Dios» y asociación con grupos de oposición kurdos. Ha permanecido recluida en condiciones extremadamente duras y se le han denegado los derechos a un juicio justo. El caso de Moradi refleja la denegación sistemática por parte del poder judicial de los derechos básicos a las presas y presos políticos en Irán.
Caso de desaparición forzada
Edris Faqihi (Aryo Sine)
Edris Faqihi, también conocido por su alias «Aryo Saneh», es miembro del Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK). Resultó gravemente herido en un enfrentamiento armado con fuerzas de la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC) y fue detenido pocos días después. Inicialmente se informó de que había muerto en el enfrentamiento, pero más tarde se supo que estaba vivo y detenido. Los informes indican que le dispararon en el momento de su detención y que desde entonces se le ha negado el acceso a una atención médica adecuada.