Walter Benjamin en Ibiza
Por Iñaki Urdanibia
«Uno se sienta en la silla y escribe.
Uno se va cansando más y más y más.
Uno se acuesta en el momento adecuado,
Uno come en el momento adecuado.
Uno tiene dinero,
Eso es un obsequio de Nuestro Señor.
¡ La vida es maravillosa ¡
El corazón late más y más fuerte,
El mar se va calmando más y más y más
Hasta el fondo. »
( Poema triste. San Antonio, 11- IV- 1933)
No hubo momentos de paz y tranquilidad en la vida del pensador crítico germano. Había nacido bajo el signo de Saturno y el cheposillo – personaje de los cuentos infantiles asimilable al gafe- le acompañó durante toda su existencia. Si lo que digo es cierto, que lo es, nada digamos de los años iniciales de los treinta en el que tuvo una ruptura con su mujer, la economía le iba de mal en peor, y su condición de outsider – al no ser aceptado por instancia académica alguna ( como lo deja ver en su Correspondencia – Taurus, 1987- con su amigo Gershom Scholem) -, la sequía creadora parecía haber alcanzado cotas enormes para este pescador de perlas -o según otras apelación: el trapero ( que cual rey Midas, escarbando en las basuras descubría verdaderas joyas interpretativas) , a lo que ha de añadirse que la peste parda del nacionalismo llegó al gobierno en 1933. Con el propósito de huir de sus problemas y tratar de recuperar la vena creativa se trasladó a Ibiza, lugar que en aquellos años había concitado a muchos artistas y científicos, embelesados por la belleza de la isla, de su permanencia lejos de los efectos contagiosos de la masificación urbana, lo que hacía que allá se palpase una atmósfera de pobreza y de que el lugar se había estancado en el tiempo; se convertía así la isla en un lugar apetecible de idílica inocencia y virginidad en lo que hacía al desarrollo moderno y sus destructoras consecuencias( en sus palabras: la isla se mantenía « al margen de los movimientos del mundo, incluso de la civilización » .
No eran buenos tiempos para permanecer en Alemania y menos siendo de izquierdas y judíos, como era este singular arqueólogo de la modernidad capitalista. En la isla estuvo la primera vez en 1932 para volver al año siguiente esta vez como exiliado ya que en marzo Adolf Hitler había tomado el mando a la cabeza del gobierno. Esta periodo de su vida ha pasado bastante desapercibido para sus biógrafos o estudiosos de su obras, sin reparar que en aquellas estancias escribió algunas obras de importancia que ya apuntaban algunas de las flechas que marcaban sus puntos de interés ( su interés por la narrativa que luego culminaría en su ensayo en que tomaba como ejemplo a Leskov, y que en aquellos momentos se plasmó en varios relatos como El viaje de la Mascotte, El pañuelo, Una tarde de viaje o La cerca de cactus ( editados tos ellos en Historias y relatos. Península, 1991); escritura guiada por el enigma y por la llamada de atención acerca de la crisis del narrador que se ha ostensible en sus historias, que exigen una ineludible implicación del lector. También le sirvió aquel tiempo de reposo para perfilar sus textos berlineses y algunos otros ensayos, con tintes autobiográficos o ensayístico; en lo que hace a lo primero ahí están sus dos versiones de Agesilaus Santander ( Escritos autobiográficos. Alianza, 1996) , o en lo que hace a los segundos: Sobre la situación social que el escritor francés ocupa actualmente, Sobre la facultad mimética o Experiencia y pobreza ( se pueden hallar en las diferentes entregas que bajo el título de Iluminaciones, editó en su momento Taurus).
Precisamente apoyándose en el último de los títulos nombrados Vicente Valero publicó hace ya unos años ( Península, 2001) su Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza , 1932 – 1933, libro que ahora acaba de ser reeditado por Periférica, con retoques para la ocasión. Se ha de destacar que al autor de la obra conoce el terreno que pisa ya que es natural de la isla en donde nació en 1963, domina la escritura por su extensa práctica poética , características que completa con un trabajo de seguimiento del pensador germano como si de su ángel de la guarda se tratase. De la mano de Vicente Valero conocemos la llegada de Benjamin a la isla en donde se alojó, en san Antonio, en casa de un amigo Félix Noeggerath y familia, precisamente el hijo de su amigo estaba trabajando sobre una tesis sobre la narratividad lo que interesó al recién llegado, impulsándole a centrarse en el asunto , como queda recogido líneas más arriba. Somos puestos al corriente de sus relaciones con alguna mujer, Olga Parem a la que pide en matrimonio siendo rechazado.
Su segunda estancia, en 1933, fue el primer destino en su vida de exiliado, escapando del nazismo, fue según contaba en su correspondencia debido a la miseria que eligió tal destino ya que se hallaba en una situación « con un mínimo difícilmente superable…cogiendo flores al borde del mínimo existencial». Allí trabó una estrecha relación con Jean Selz, quien le realizó algunas caricaturas ( como la que ilustra este artículo), con su mujer, o con el sobrino del pintor Gauguin . Su domicilio esta segunda vez fue con la misma familia que la vez anterior, los Noeggerath, con quienes, todo hay que decirlo , acabó rompiendo. Las visitas a casa de la pareja Selz era frecuente guiado por el trabajo de traducción, al francés, que Jean estaba realizando de su Infancia en Berlín ( hay edición del librito en Alfaguara); la ingesta de diferentes sustancias ilegales ( hachís y opio) fue amplia y hasta, en sus ansias de experimentación / desesperación, llegó el caso de pedir en un bar un cóctel negro que nadie sabía, ni supo, exactamente de qué se trataba, que se lo tragó de golpe; una polaca, que acaba de llegar, le desafía tomando dos ginebras de 74 grados, “bebida del infierno”, sin inmutarse, ante lo cual Benjamin entra al trapo y pide lo mismo tragándoselo a la cerrara; tras beber los dos vasos, salió a la calle tambaleándose , cayendo sobre el pavimento …empeñado en llegar hasta casa andando, el domicilio estaba a unos quince kilómetros, fue ayudado por su amigo Jean Selz…Su sentimiento de culpa hizo que rompiese su amistad con su amigo al pensar que su actuación no fue correcta, si bien culpabilizando a su vez a su amigo por ser el causante del desaguisado…Cartas de disculpa, mediación de algunos amigos, y más tarde, llegó la conciliación y la vuelta al trabajo en común. En el verano de ese fatídico 1933, conoció a una pintora holandesa, Toet Blaupotten Cate, con la que mantuvo una relación amorosa durante cerca de un par de años.
De todas estas cuestiones nos habla este libro que también nos hace sabedores de algunas amistades peligrosas, como la que mantuvo con quien fuese su secretario, que acabó ingresando sin remilgos de ningún tipo den las SS; o vemos al futuro caudillo, Francisco Franco llegando a la isla en misión oficial, como comandante militar de Baleares… Walter Benjamín abandonó la isla en setiembre, enfermo de malaria…Después, Paris, Dinamarca en casa de Bertolt Brecht; internamiento en un campo de trabajo, refugio en Lourdes, y conseguido el visado para trasladarse al otro lado del charco – por mediación de los miembros de la Escuela de Franfort ( Instituto para la Investigación Social)- atraviesa los Pirineos y pone fin a su vida en Port Bou en setiembre de 1940- levaba la dosis necesaria de morfina encima- ante el temor de ser entregado a la Gestapo por la policía franquista…Todo el resto de la expedición , que había sido ayudada a atravesar la frontera por monte por la mugalar i Lisa Fiktto ( Mi travesía por los Pirineos. Muchnik Editores, 1988), pudo partir sin problemas al día siguiente: Benjamín mal aconsejado por su inseparable jorobadito puso fin a su vida en la pensión en que pernoctaba.
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P.S.: Para un conocimiento de la agitada vida del poliédrico intelectual puede recurrirse a Walter Benjamin. Una biografía de Bernd White , editado por GEdisa en 2009, aunque la verdad es que como acercamiento al autor es bastante endeble, son desde luego más potentes las debidas a Jean Michel Palmier : Walter Benjamin. Le chiffonnier, l´Ange et le Petit Bossu. Esthétique et politique chez Walter Benjamin. ( Klincksieck, 2006) o tal vez la mejor biografía sea la del mismo autor: Walter Benjamin. Un intinéraire théorique ( Les Belles Lettres, 2010); la exhaustiva obra de Bruno Tackels: Walter Benjamin. Une vie dans les testes ( Actes Sud, 2009) también resulta completa en su mirada biográfica-teórica del biografiado.