Una reflexión de Willy Toledo (sobre el genocidio de inmigrantes)
500 seres humanos han conseguido alcanzar las costas de Andalucía en los últimos tres días.
¿Cuántos habrán muerto ahogados en el mismo tiempo?.
La prensa, insoportablemente cínica y manipuladora, habla de “rescatados”; no, no son rescatadas, sino secuestradas, encarceladas, maltratadas, torturadas, agredidas sexualmente y deportados a lugares en los que volverán a ser secuestradas, encarceladas, maltratadas, torturadas, agredidas sexualmente y deportadas.
La creación capitalista del “ellas” y el “nosotras”, generadora de indiferencia, desprecio y miedo a la “otra” es, sin duda, una de sus mayores victorias.
Es un nuevo genocidio perpetrado, de nuevo, por las democracias europeas.
Las pobres no tienen nada y, dejarlas pasar (que no acogerlas, pues solo encuentran desprecio y explotación) exige darles algo, al menos comida para que no se mueran delante de las cámaras, y eso sale caro, y es fastidioso.
Un millón de pobres vivos salen caros y traen inconvenientes y problemas, si los dejamos morir en el mar, un millón de pobres ahogados salen gratis, no molestan y sus cadáveres no apestan nuestro aire ni nuestras conciencias.
Es el genocidio de las pobres.
Otra vez la democrática Europa.
Otra vez en la puerta de nuestras casas.
Esta vez, sin embargo, no tenemos Ejército Rojo, ni partisanas, ni milicias anarquistas, ni Brigadas Internacionales, ni sindicatos comunistas o anarcosindicalistas con poder de movilización, ni siquiera un pequeño partido anticapitalista en su Congreso de ratones.