Una izquierda patética sevillana
Después de ver lo retorcido en la política decidí convertirme en autónomo de la lucha, acercándome a cuantos proyectos me resultasen interesantes para colaborar en lo que buenamente pueda con mis ideas y mis ganas por hacer, sin que dichos proyectos tuviesen que ser políticos a la fuerza.
De esta forma, he seguido conociendo a grandes personas en esa rica diversidad de la izquierda local, mientras me he mantenido alejado de los intereses y ambiciones personales del resto de sujetos políticos de la ciudad que se parten las camisas en las diferentes luchas hasta que encuentran su oportunidad profesional. Pero, a la vez que me alejaba de estos dañinos personajes, también lo he hecho de las decisiones políticas que se van tomando desde la “ciudadanía”, por lo que “el lío con Ganemos Sevilla” es algo personal y no sólo cosa del CIS.
Para salir de dudas pregunto por las redes sociales a personas que han estado en el proyecto desde el principio y que han ido a parar a las diferentes candidaturas de “izquierdas”, pero el oscurantismo se hace la norma. Acudo a las páginas de Participa Sevilla y Ganemos Sevilla, y prácticamente cuentan lo mismo (se decide desde abajo, y bla, bla, bla), así que la observación y la experiencia es lo único que queda.
Por lo que he podido entender, en Ganemos Sevilla se miden los intereses entre Equo, Podemos e IU, que, tras no salir contentos con sus cuotas de poder, deciden sacar sus nombres por separado pero manteniendo un juego a dos bandas permaneciendo en Ganemos Sevilla. Podemos lanza Participa Sevilla sin decir que son ellos a las claras, pero su cartelería es subliminalmente idéntica a la de Podemos, y colocándola (por lo general) junto a la cartelería de Equo.
Sin entrar a valorar mis discrepancias con los nuevos surgimientos ciudadanistas con miras a restaurar el capitalismo o con la deriva ideológica de IU que ya he comentado ampliamente en anteriores artículos, simplemente me voy a quedar en lo bochornoso de toda esta situación y de lo despreciables que son todos ellos como “izquierda”.
La democracia burguesa sirve para lo que sirve, para la burguesía, utilizarla para los de nuestra clase tiene que tener un sentido contundente, aunque sea el de unirnos puntualmente y reconocernos como izquierda, pero en vez de ello, pusieron sus intereses por delante y no los de la clase trabajadora. En vez de acabar el tinglado en cuatro partidos, deberían haber centrado su campaña en desmontar la amenaza que supone Ciudadanos, que gozando de los mismos financiadores que Podemos, esconde el fascismo que el partido de Pablo Iglesias sólo ayuda con su discurso.
Si tuviésemos una “izquierda” decente en Sevilla, todos los carteles de Ciudadanos tendrían una esvástica pintada y un cartel que explique de dónde viene este partido y su cara visible, pero aquí tenemos la izquierda más rastrera imaginable, caras sonrientes que te apuñalarían sólo para que los mercados le pongan en nómina, y es por lo que, en vez de suceder esto, lo que podemos ver son todos los carteles de Participa, Ganemos e IU arrancados en todos los puntos de la ciudad.
Con esta izquierda, no me planteo votar al PP, pero me alegraría que gobernara con mayoría y con el PSOE como única representación de “izquierdas” en la ciudad para los próximos cuatro años.