Puerto Rico. Secreteo y mantengo en las exenciones contributivas para los ricos: ¿hasta cuándo?
Antes que existiera la Junta de Control Fiscal, organismo no democrático creado por la Ley PROMESA, economistas, antropólogos y personas ampliamente documentadas advertían de un fenómeno que se ha tratado de tener callaito en las administraciones del PPD y del PNP: los incentivos y créditos contributivos a corporaciones y a individuos. Esa amplia sombrilla de dádivas que salen del Fondo General de PR –o sea de las contribuciones que pagamos usted y yo– son un verdadero mantengo. Pero, no ya de los sectores discriminados y excluidos por la pobreza y la desigualdad, sino para beneficiar a los que, en la mayoría de las ocasiones, tienen más. Es un mantengo corporativo y de individuos de proporciones multimillonarias y con pocas evidencias fidedignas de efectividad.
Esa práctica –las más de las veces opaca y tras bastidores– se defiende bajo otra falsa promesa: que esos créditos e incentivos crean empleos y estimulan la economía. Ojalá y así fuera en todos los casos. Ojalá y supiéramos, efectiva y diligentemente, cuántos trabajos generan, de qué tipo y en qué impacto económico se traducen para el bien colectivo. No hay duda de que tantos miles de millones, deben generar beneficio para el país. Sin embargo, no sabemos cuántos incentivos y créditos dejan y cuán grande es su beneficio para la sociedad. Menos aún, sabemos cuántos no dejan nada (o casi nada) y con cuántos se especula porque se revenden al mejor postor que, si no tuviera el crédito de segunda mano, tendría que pagar como cualquier hijo de vecino.
El fenómeno se ha estudiado seriamente en el pasado y se sigue estudiando ahora (Cao et. al y Caraballo Cueto, entre otros). De hecho, la misma Ley PROMESA contempla que se investigue y se someta cada crédito e incentivo al análisis más básico de rendimiento como condición para su continuidad. Esa petición es lógica a todas luces. Más aún, sabemos que la Compañía de Comercio y Exportación de Puerto Rico encomendó el informe y tiene sus resultados. Pero, dicho análisis crítico brilla por su ausencia. Al menos, es desconocido para la ciudadanía general puertorriqueña que ya siente, en su día a día, el peso de las políticas de austeridad-ciega impuestas por la JCF con la complicidad de muchos políticos locales.
Por su parte, Espacios Abiertos ha hecho otra investigación independiente con los datos que ha tenido a su alcance y sigue denunciando el misterio, el secreteo y la falta de acceso a la información que hace falta para evaluar qué incentivos y créditos valen la pena. ¿Cuáles se deben mantener y cuáles deben eliminarse con el fin de canalizar esos recursos públicos a aquellas áreas esenciales para salir de la crisis en la que nos encontramos?
Al mismo tiempo, economistas de la talla de José Caraballo Cueto llevan meses denunciando la “receta amarga de los recortes” de la JCF y proponiendo que se redirijan esos recursos a donde verdaderamente pueden ser productivos. Vaya al Plan SOS UPR (1.0 y 2.0) –preparado por el colectivo de docentes autoconvocados PROTESTAmos– y tendrá acceso a los estudios originales y recientes sobre el tema. También encontrará alternativas propuestas que están estrechamente vinculadas con mover los recursos de PR a esos proyectos que han probado ser eficientes y que le devuelven al país mucho más de lo que se invierte en ellos.
La Universidad de Puerto Rico, por ejemplo, produce $1.56 en actividad económica por cada $1 que usted le aporta. Así también, desarrolla el recurso humano imprescindible para fortalecer la economía local de formas directas e indirectas. Por solo dar una muestra, las personas empleadas en la UPR rinden en contribuciones sobre ingresos e IVU más de $100 millones anuales que redundan en un impacto total en la economía de $268 millones anuales. Esa inyección al Fondo General se verá tremendamente afectada si le seguimos cortando recursos para dárselos a corporaciones e individuos que no pueden abrir sus libros y demostrar categóricamente cuánto le devuelven de lo que le regala el país.
En el más reciente plan fiscal del gobierno, el tercero que certifica la junta federal este año, se estima que para el año 2033 Puerto Rico vuelve a entrar en un déficit luego de quince (15) años de superávit. Durante los primeros cinco años se proyecta un superávit de $16,996, incluso mayor que el total de las obligaciones con bonistas que suman $15,550 entre 2018 y 2023. Por ende, es inaudito que la JCF no considere el potencial de invertir en la educación superior de calidad como la mejor forma para promover una revitalización social y económica a largo plazo. Con tan solo incluir el multiplicador económico de la inversión en la UPR sería suficiente para sostener y fortalecer el apoyo previo a esta coyuntura.
Si estamos en una crisis fiscal sin precedentes, ¿por qué vamos a seguir poniendo el dinero donde no sabemos si produce o cuánto produce? Estoy segura que aquellas corporaciones e individuos que producen empleos y actividad económica multiplicadora no tendrán inconveniente alguno en mostrar sus libros y presentar sus evidencias. Ellos quedarán bien y el país también.
Solo se benefician del misterio y del secreteo quienes tienen resultados negativos que ocultar. Solo quieren mantener este tema callado, aquellos que se han forrado de dinero o lucrado con dinero público, pero no le han devuelto nada parecido a Puerto Rico. Ese es el verdadero mantengo. Ese es uno de los sacos sin fondo que nos ha traído a la crisis en la que estamos. Vamos a descubrir esos manteníos, vamos a quitarle nuestros recursos públicos y vamos a ponerlos en los proyectos que han probado y pueden probar que le devuelven al colectivo mucho más de lo que reciben anualmente.
- Si usted no sabía nada de este asunto, infórmese, lea, cuestione, pida que se divulguen los datos necesarios para evaluar los créditos e incentivos contributivos. Escriba a sus senadores, representantes. Escriba al Gobernador. Escriba a la Compañía de Comercio y Exportación de Puerto Rico y solicite el referido Informe.
- Si usted está indignado por las medidas de austeridad que está tomando la JCF, pídale cuentas a todos los que se están enriqueciendo con las contribuciones que usted aporta, cada vez con más sacrificio.
- Si usted está sufriendo dichos recortes, haga la matemática de esta práctica de mantengo y pida evidencias de eficiencia exhaustivas. Solicite que se hagan públicos los informes que confirman que esa inversión pública es beneficiosa y debe continuar.
- Si usted está enfurecido por el ataque despiadado a la educación pública, denuncie a toda entidad que esté cortando a la educación pública y enriqueciendo a los que más tienen.
- Si usted es “producto UPR” y puede dar testimonio de todo lo que la universidad pública le devuelve a Puerto Rico, no se quede callada/o. Sume su voz a la nuestra (cartas, emails, comparecencias públicas, cualquier expresión de resistencia es valiosa).
Vamos a recortar este mantengo de los que más tienen. Que esos recursos públicos vayan a educación, salud, retirados. Que ese dinero público vaya a ofrecer una vejez digna a quienes nos han mantenido y forjado por décadas. Que ese dinero nuestro vaya a garantizar servicios de salud públicos decentes. Que ese dinero, que está lucrando solo a algunos, se mueva a la educación pública (escolar y universitaria), verdadera promesa para el crecimiento sostenible de nuestro país.
* Lissette Rolón Collazo. Columnista | Obtuvo su MA en New York University y su Ph.D. en The University of Iowa. Es Catedrática de la UPR en Mayagüez, Departamento de Humanidades, Programa de Literatura Comparada. Sus áreas de investigación son: narrativas peninsulares, cine y literatura e historia y literatura, entre otras. Al presente, es la investigadora principal del proyecto, Democratización del conocimiento del Centro Universitario de Acceso de la UPR en Mayagüez. Ha publicado: «Figuraciones: Carmen Martín Gaite, revistas feministas» y «¡Hola!, Historias que cuentan: el motín contra Esquilache y las mujeres según voces del XVIII, XIX y XX» y «¿Quién le teme a la teoría: manual de iniciación en prácticas críticas y culturales?».