Pedro Sánchez apoya el 155 en defensa de la constitución y porque la «región» catalana tiene un «autogobierno sin parangón»
El «Somos la izquierda» cada vez suena más a chiste. El nivel de degeneración del Partido Socialista Obrero Español parece no tener límites. Lo último son las declaraciones de su Secretario General, en que vuelve a mostrar su apoyo a las nuevas medidas autoritarias y represivas del Estado contra el gobierno y el pueblo catalanes, un auténtico golpe de Estado contra las instituciones catalanas a través del artículo 155.
Esta vez, además de reafirmar su apoyo a la monarquía y su constitución, Pedro Sánchez afirma que la «región» catalana goza de un «autogobierno sin parangón». El papel canallesco del PSOE además es decisivo: sin su concurso el PP y Cs quedarían en minoría parlamentaria y en completa evidencia. Pero, claro, eso es pedir peras al olmo: ¿a alguien a estas alturas se le puede ocurrir pensar que el PSOE pueda llegar a actuar como un verdadero partido de izquierdas, republicano y respetuoso con el derecho a decidir de los pueblos?
Pedro Sánchez justifica el apoyo al 155 para defender la Constitución y no «prolongar la agonía»
El secretario general del PSOE avisa de que no tendrá «ninguna» discrepancia con el PP en la integridad territorial de España
Sin mencionar el 155, Sánchez dice que el PSOE está en la defensa de la Constitución para «poner freno a cualquier quiebra unilateral»
El líder socialista se refiere a Catalunya como «región» y asegura que ha gozado de «un autogobierno sin parangón»
Pedro Sánchez justifica el apoyo a la aplicación del artículo 155 con el que el Gobierno intervendrá competencias de la Generalitat de Catalunya por la defensa de la Constitución. Minutos antes de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca para explicar la aprobación de las medidas por parte del Consejo de Ministros, Sánchez ha asegurado que el PSOE opta por «de fender la Constitución» para «poner freno a cualquier quiebra unilateral de nuestra convivencia y nuestro ordenamiento constitucional». No obstante, no ha mencionado explícitamente la excepcional decisión que hoy se aprueba en el Consejo Ministros y que cuenta con el apoyo de la dirección socialista.
El secretario general del PSOE, que ha pactado con Rajoy todo lo relativo al 155, ha explicado que la posición de su partido es esa ante la «disyuntiva» en la que se ha encontrado ante el desafío independentista del Govern de Carles Puigdemont y la CUP. La otra posibilidad, según Sánchez, era «dar la espalda a España y prolongar esta agonía».
Sánchez ha intentado en su discurso marcar distancias con las políticas del PP, con quien ha asegurado tiene muchas «discrepancias», pero ha avisado de que no tendrá «ninguna» en lo que se refiere a la integridad territorial. El líder socialista ha dicho que difiere de los conservadores en el concepto de qué es España: «Para el PP es la nación en la que vivimos y para el PSOE es la nación en la que queremos vivir», ha dicho Sánchez, que tiene esperanzas en que la reforma constitucional prospere después de que Rajoy se haya comprometido a ponerla en marcha en seis meses y acometer cambios en el modelo territorial.
Sin mencionar a Unidos Podemos ni a Pablo Iglesias directamente, Sánchez les ha afeado que digan que los socialistas son «lo mismo que el PP». El líder del PSOE les ha recordado una vez más que fueron los diputados que lidera Iglesias los que votaron junto a los conservadores en su investidura fallida. Sánchez ha reiterado, además, que no ve «ninguna bandera de izquierdas en la causa secesionista». Esa alusión ha provocado uno de los mayores aplausos de su intervención.
Una «región» con un autogobierno «sin parangón»
El grueso de su discurso lo ha utilizado para cargar contra los independentistas. «El secesionismo es el Brexit de Catalunya», ha dicho Sánchez, que les ha acusado de «banalizar la democracia». De hecho, ha acusado a Puigdemont y el Govern de «prolongar» una «agonía» que, a su juicio, supone «inestabilidad», una «fractura en la convivencia» e incluso «pone en riesgo muchos puestos de trabajo».
En plena activación por primera vez en la historia de la intervención de una autonomía, Sánchez ha reivindicado la «descentralización» que se perfiló en la Constitución de 1978. «El gran acierto de la Constitución y de los padres de la Constitución fue saber combinar descentralización con democracia –ha afirmado–. Se entendió que ambos conceptos iban de la mano».
Sánchez, que ha defendido recientemente que la reforma de la Carta Magna sirva para reconocer a Catalunya como nación, se ha referido a la comunidad autónoma como «una región singular para nuestro país» y ha asegurado que ha disfrutado, durante los últimos 40 años, «de un autogobierno sin parangón en ámbitos tan sensibles como política cultural, fiscal o educativa».