Patricia Highsmith, el talento de una escritora-araña
Por Iñaki Urdanibia
Si entre las <<damas del crimen>> ( Ágata Christie, Anne Perry, Donna Leon, Sue Grafton P.D. James, Barbara Vine ( Ruth Rendell, tanto monta ) , Fred Vargas…) hay una mujer enigmática e inquietante, hasta el temblor, esta es Patricia Highsmith ( 1921-1995). La señora resultaba tan distante y su mirada tan gatuna como la sus amados mininos. Esa distancia era reforzada por la escritora americana, afincada en Europa huyendo del ambiente asfixiante que padecía en su país que no coincidía para nada con sus ideas cercanas al ideario comunista, por su aislamiento, las dificultades que ponía de cara a aparecer en público o someterse a las preguntas y los flashes de los periodistas; el celo con que guardaba su intimidad reforzaba el misterio en torno a ella y la unía, en cierto sentido, a sus misteriosos personajes.
Cualquiera que haya leído los libros de la autora de <<El diario de Edith >> – y si nombro ésta no es casualidad, ya que saliéndose del habitual registro habitado por la escritora es una estupenda novela -habrá observado su ambigüedad que se balance entre el bien y el mal, haciendo los límites entre ambos algo francamente borroso y hasta intercambiable por momentos; resultando tal sensación contagiosa hasta el punto de que el lector se siente atrapado e invadido por un impulso criminal irrefrenable ante los vomitivos chantajes a los que son sometidos algunos de los personajes que en sus novelas aparecen, y no me refiero en especial a las de la serie Ripley sino más en concreto a << El grito de la lechuza>>, <<La celda de cristal>>, << Mar de fondo>> o <<Ese dulce mal>>, por ejemplo; estos límites borrosos que señalo hace que la lectura de esta autora debería ser obligatoria en las facultades de criminología y de psicología .
Estas oscuridades, estas situaciones desasosegantes, estas incomodidades , a las que aludo acompañan igualmente a la figura de la autora-o viceversa- de las historias y se transparenta en su propia imagen: solitaria y aislada, viviendo con cierta incomodidad su homosexualidad y mostrando un claro desprecio hacia sus amantes, hacia los seres de su mismo sexo(ahí están además de sus declaraciones, sus <<Cuentos misóginos>>) e igualmente hacia los del otro; podría afirmarse que en el caso de Patricia Highsmith todo lo humano le era ajeno, o al menos lo miraba con fría distancia hasta los bordes del mismísimo desprecio, los propios de una consumada misántropa; alguien que tuvo la ocasión de visitarla en su casa suiza contaba como les abrió la puerta y no les miró al morro durante toda la visita, comportándose con la indiferencia de quien no es consciente de la presencia de los otros. Para acercarse a la vida de la escritora americana se puede recurrir a la biografía escrita por Joan Schenker, << Patricia Hihsmith >> ( Circe, 2010)
La autora de este detallado libro nos presenta algunos de los aspectos nombrados al igual que los problemas que la escritora tenía con el alcohol, el tabaco, etc. La escritora americana Joan Schenker entra al fondo de la vida de esa desconocida recurriendo a una abundante-y hasta ahora desconocida- cantidad de anotaciones personales de la escritora y desvela sus secretos, sus silencios, sus soledades y nos introduce en la psicología de esta especialista de las profundidades turbulentas de la psique humana. Indudablemente estamos ante la biografía más completa de la escritora americana, en la “biografía definitiva” si bien también es verdad que la mirada de la biógrafa busca explicaciones causales en la mente de la biografiada, tomando base en su vida atormentada: nace con sus padres recién separados, vida con su abuela, abandonada por su madre, más tarde con esta y su segundo marido, con quienes las relaciones no resultaban muy fluidas que digamos; sus estudios le hacen establecer ciertas relaciones sociales pero su vocación literaria se ve frustrada lo que no le lleva a desistir, y sigue escribiendo hasta que en la década de los cincuenta salta a la palestra de las letras con <<Extraños en un tren>>. No fue baladí que algunas de sus obras fueran llevadas a la pantalla- muy concretamente las de la serie Ripley- lo que supuso, obviamente, una ampliación de su fama, de sus ventas, que iban acompañadas de unas críticas positivas . Posteriormente vendrá el salto, en los ochenta, al viejo continente y su definitiva instalación en él.
La vida, el carácter forjado a través de ella, son puestos en estrecha relación con la obra, estableciéndose-según Joan Schenker- una relación indisoluble que hace que los traumas personales de la escritora se traduzcan en las movedizas historias que escribió. No cabe duda de que desde su nacimiento en Texas en 1921, la escritora futura mira la vida de frente, sin temores ni ilusiones, por los abismos…los personajes corriendo sin pausa a su pérdida, como si se tratase de su salvación, o a la perdición de otros, sin escrúpulos ni descanso, absorbidos por una << lógica loca >>( título de una de sus novelas ).
Ahora que se cumplen veinte años de su fallecimiento, el 4 de febrero de 1995 en Tegna ( Suiza), la editorial barcelonesa Anagrama ha iniciado la publicación de una << Biblioteca >> dedicada a la autora; dos son los volúmenes con que se ha estrenado dicha colección que pretende recuperar a la escritora, cuyas obras, en su mayor parte, estaban descatalogadas o agotadas: << Extraños en el tren >> y << Ese dulce mal >> que no son mala manera de acercarse a la inquietante escritura de esta inquietante dama y verse inquietado por sus perturbadoras historias, siendo conscientes, eso sí, de que en cuanto se abre el libro poco humor va a continuar, pues somos atrapados -ella misma explicaba en ese << manual>> para escribir novelas de intriga que lleva por título << Suspense >>- por el temor, el temblor, la angustia, el desasosiego, y…hasta el mal cuerpo podría decirse, sin riesgo de caer en exageración alguna, ya que tale sentimientos serán los que camparán por sus respetos en la prosa de esta << poetisa de la aprehensión más que del miedo>>, tal y como la calificase ese gran escritor, explorador de los infiernos, llamado Graham Greene.
Así Patricia Highsmith, una escritura que presenta una galería de monstruos masculinos, asqueados de la vida, amargados cuya guía parece ser un nuevo cogito: << yo mato, luego existo >>, y aunque la escritora se empeñe en reiterarnos de vez en cuando , como para consolarnos e impedir que nos apartemos de la lectura, << que no es verdad >>, la duda subsiste, la angustia se prolonga, y …cada vez más nos adentramos por los laberintos del abismo.
Donostia a 3 de febrero de 2015