Noticias Uruguayas 5 mayo 2017
URUGUAY
Ceguera celulósica
En estos días ha circulado en Uruguay una carta pública* firmada por políticos, intelectuales, autoridades y artistas notoriamente vinculados al Frente Amplio en la que manifiestan el beneplácito por la instalación de una tercera planta de celulosa en el país al tiempo que realizan una serie de observaciones sobre los posibles impactos de la infraestructura ferroviaria y portuaria sobre Montevideo y su área metropolitana.
Dicho beneplácito se anuncia además algunos días después de que se confirmara el cierre definitivo de una fábrica papelera histórica en el país, generando la pérdida de los 300 puestos de trabajo que aún estaban vinculados a la planta, ubicada en la ciudad de Juan Lacaze (Colonia). Algunos años atrás, la fábrica había llegado a tener más de 1000 trabajadores directos en su planta. Actualmente las dos megaplantas de celulosa de Uruguay no logran -en conjunto- alcanzar esta cifra de operarios.
Acerca de los impactos sobre el país y sobre el territorio en el que implantará la industria, la región de Paso de los Toros en el Departamento de Tacuarembó, en el centro-norte del país (a unos 250 kilómetros al norte de la capital) la carta directamente no dice nada.
Cuesta creer es que los firmantes por su conocimiento y formación desconozcan que en efecto se producirán impactos sociales, ambientales y económicos en la zona de implantación de la fábrica. De hecho en Uruguay se cuenta con dos antecedentes recientes asimilables en magnitud (las plantas de celulosa de Fray Bentos -UPM-Botnia- y de Conchillas -Montes del Plata-).**
Por tratarse además de una carta pública firmada por connotadas personalidades de la izquierda también es notoria la ausencia a cualquier referencia en relación al tipo de inserción internacional que se consolida a partir de una tercera planta de este tipo, esto es: la provisión de materia prima a los países centrales, sin valor agregado y asumiendo para nosotros el costo ambiental de los aspectos más contaminantes del proceso productivo (por cierto, no se conoce -al menos públicamente- ningún detalle sobre las características de la planta industrial por lo que es justificado asimilar a lo que sí conocemos, o sea las plantas de Fray Bentos y Conchillas).
Pero además de esas características que -según advierten algunos- condenan a los países del sur a su rol histórico de exportadores de bienes primarios, las condiciones en que se han instalado los otros emprendimientos productivos de las mismas características en el país permiten hablar sin muchos rodeos de neocolonialismo. Enclaves fabriles en medio de zonas francas, esto es espacios con exhoneraciones tributarias casi totales y con un diseño productivo -proximidades de los cultivos forestales, sistema portuario propio y otros beneficios. De hecho, según ha manifestado el propio presidente Tabaré Vázquez las últimas conversaciones con la empresa para concretar su tercera planta tienen que ver con su negativa a pagar el Impuesto al Patrimonio.
Estrictamente hablando de números, este emprendimiento que genera el beneplácito de los firmantes de la carta implica un subsidio del Estado -o sea de todas las personas que vivimos en Uruguay- del orden de los mil millones de dólares (básicamente en infraestructura vial y portuaria que les permita transportar la pasta de celulosa hasta las casa matriz de su industria para producir papel). Precisamente esas inversiones que debe hacer el estado para conseguir que la empresa finlandesa concrete su segunda planta de celulosa son las que preocupan a los antedichos intelectuales y políticos. Pero esa preocupación no plantea que -por ejemplo- tal subsidio estatal pesa aproximadamente un 2% del PBI. En un año de discusión del presupuesto público para cuestiones como la educación o la salud escucharemos reiteradamente desde el Poder Ejecutivo que “no hay espacio fiscal” para aumentar el gasto público. Este subsidio en infraestructura representa, por ejemplo, más de la mitad del presupuesto ejecutado por la ANEP en 2016. ¿Porqué se puede subsidiar tan decididamente una inversión privada y no se puede aumentar el presupuesto de la educación pública? ¿Cual será el argumento cuando se anuncie la concreción de este subsidio en infraestructura que será financiado o garantizado por el Estado? Es la tensión que genera la intervención estatal en la economía no para el beneficio de las grandes mayorías sino para la consolidación de un modelo de desarrollo basado en la dinamización de la acumulación capitalista. La vieja consigna de la redistribución de la riqueza parece haber quedado por el camino, junto con la pretensión de la transformación social.
Pero esta preocupación se vincula más hacia lo que la carta no dice. Eso no dicho representa un dato, un síntoma de los serios problemas de la izquierda uruguaya, en el poder desde 2005. Como se dijo más arriba, no hay referencias al esquema neocolonial que supone seguir profundizando esta matriz productiva. No se menciona la manera en que un emprendimiento de esta magnitud consolida la dependencia del país. Nada se menciona del impacto de toda la cadena del agronegocio forestal sobre fenómenos como la concentración y extranjerización de la tierra en el país, que ha alcanzado niveles inéditos poniendo en jaque las posibilidades de construir la soberanía alimentaria.
Esta dimensión, ¿realmente no se ve? ¿O es parte de las discusiones que la izquierda gobernante ha resuelto abandonar? Y aunque no todos quienes firman la nota sean gobernantes es indiscutible su rol en la configuración de una hegemonía progresista en el país en estos últimos años.
El marco nacional y regional en el que se ha consolidado esa hegemonía está pautada por una profunda crisis del pensamiento de izquierda, signada por la imposibilidad de pensarse y pensarnos más allá de esta matriz colonial y la incapacidad colocar en el centro de sus preocupaciones a la vida -humana y no humana- y no sólo a las cuentas macroeconómicas.
Los argumentos
Eduardo Gudynas ha dedicado una columna*** a analizar alguno de los argumentos de la carta, poniendo el énfasis en los aspectos referidos al centralismo montevideano y a cómo esto genera una especie de situación ‘de espaldas al campo’. El euro y sociocentrismo montevideano no por criticado y señalado hasta el hartazgo deja de ser relevante a la hora de realizar estas consideraciones. Pero hay otros argumentos sobre los cuáles también es necesario trabajar, sobre todo para pensar en cómo leer la iniciativa de la tercera planta de celulosa desde una perspectiva popular que aporte a la transformación social.
En uno de sus pasajes, la carta evidencia que los firmantes conocen el impacto ambiental que generará el emprendimiento, asumiendo que lo que sucederá en la planta industrial respetará las normas vigentes Eso es lo que les permite depositar su mayor preocupación en los impactos de la infraestructura ferroviaria y portuaria.
Vamos a detenernos aquí. La carta dice -en relación a la planta en sí- que se respetarán normas ambientales “nacionales e internacionales”. Al menos uno de los firmantes -el ex ministro de Medio Ambiente Mariano Arana- sabe que en el plano ambiental las normas de un nivel y otro no necesariamente están armonizadas e incluso -en muchos casos- son contradictorias. Por ejemplo: las dos plantas de celulosa existentes en el país usan una tecnología de producción que está permitida aquí pero que en la Unión Europea se limita cada vez más. De hecho, la dislocación de las fases productivas y la migración de estos procesos al pie de las plantaciones se explica tanto por fenómenos económicos como por aspectos ambientales (referidos a los controles que se realizan en los países centrales). Entonces ¿cual es la normativa que nos deja tranquilos? ¿La que se aplica aquí o la que aplican estas mismas empresas en sus países de origen siguiendo un cuestionable doble estándar ?
Como no se conoce el proyecto no puede decirse mucho acerca de sus impactos ambientales, pero hay que tener en cuenta que desde el punto de vista ecológico presentará una novedad para el país: sus efluentes no serán derivados a cursos de agua de un caudal excepcional como pueden ser el río Uruguay o el estuario del Plata. La planta eliminará sus efluentes en el Río Negro que si bien tiene un caudal importante cuenta con dos embalses para la generación hidroeléctrica aguas abajo de la eventual ubicación de la planta. El Río Negro -además- desemboca en el Río Uruguay pocos kilómetros aguas abajo de donde se encuentra la planta de celulosa de Fray Bentos, por lo que es necesario realizar estudios que tomen en cuenta el impacto acumulativo de ambos procesos industriales sumados.
En otro de sus puntos la carta señala la “profunda preocupación” de los firmantes en relación al impacto que genere la infraestructura ferroviaria y portuaria, reclamando que se respeten las decisiones de planificación y ordenamiento territorial ya adoptadas tomando en cuenta “variables ambientales, paisajísticas y sociales” alertando a que esta obra “no contribuya a incrementar la fragmentación socio-urbana del territorio afectado”. Lo altamente llamativo de esto es que en el resto de la misiva no haya referencias a los impactos sobre el territorio rural afectado, aquel ubicado al norte del Río Negro que proveerá de árboles a este enclave industrial de una magnitud desconocida en el resto del país (con las excepciones ya mencionadas de Fray Bentos y Conchillas).
Por cierto, una de las mayores críticas a los ambientalistas de la ciudad de Gualeguaychú -Argentina- cuando llevaron adelante sus movilizaciones de rechazo a la planta de celulosa de UMP-Botnia en el departamento de Río Negro -Uruguay- era que sus principales reclamos estaban vinculados a la afectación del paisaje. Es llamativo que muchos de los actores políticos e intelectuales que denostaron la movilización de los vecinos de Gualeguaychú ahora incorporen la dimensión paisajística como válida para alertar sobre el impacto de un emprendimiento industrial. ¿Si la chimenea de la planta de celulosa de Botnia hubiera estado en el Cerro de Montevideo o en La Teja la discusión sobre los elementos paisajísticos de aquella primera planta hubieran sido admisibles?
Como ha sostenido el geógrafo argentino Carlos Reboratti un tipo de territorio -el urbano, montevideano, próximo, en este caso- tiene la entidad de un actor mientras que otro -el rural, tacuaremboense, distante- es apenas un escenario en el cual se suceden decisiones tomadas en otros ámbitos.
Mencionando el plano de las decisiones y volviendo a la carta: se reclama en ella que los cambios de Montevideo y el Área Metropolitana se produzcan a partir de una “discusión abierta y constructiva de todas las propuestas en juego” -algo que no se reclama del mismo para los cambios que se sucederán en Paso de los Toros- y en particular -se dice- “deberá tenerse cuenta lo establecido en el año 2013 junto a los vecinos de barrios como Capurro, La Teja y Bella Vista Vista un acuerdo que contó con la iniciativa de la Intendencia de Montevideo y fue refrendado por Decreto de la Junta Departamental”. Por cierto, seguramente los habitantes de la región donde presumiblemente se instale la planta de celulosa tendrían algo que aportar al respecto. ¿Por qué no le parece relevante a los firmantes de la carta considerarlos también a ellos como vecinos con ideas sobre su territorio y sus cambios? ¿O es que -como sostiene Gudynas- el centralismo montevideano no refiere sólo a las lógicas económicas desde las cuáles es pensado el país sino también a las lógicas políticas? Dicho de otro modo, se reclama una democracia participativa para algunos barrios de Montevideo y su área metropolitana y se pretende que los habitantes de otros puntos del país admitan pasivamente ser una zona de sacrificio?
Precisamente esta idea -la de zona de sacrificio- quizás sea una de las claves para entender la lógica del camino adoptado por el progresismo en pos del desarrollo económico. Los movimientos ambientalistas han acuñado el concepto de ‘zona de sacrificio’ para hacer referencia aquellos lugares que concentran industrias contaminantes en contextos de comunidades o poblaciones débiles o víctimas de la vulneración de sus derechos.
La lógica del modelo de desarrollo imperante parece conducirnos como país a seguir generando estas zonas de sacrificio para enriquecimiento de actores que poco tienen que ver con nosotros, dejando a los gobiernos de turno la tarea de gestión los magros beneficios y los daños -algunos de ellos permanentes- que se generan en estos enclaves.
La cuestión es si vamos a empezar a prestar atención a esas zonas sacrificadas o si vamos a seguir mirándonos el ombligo.
* Carta pública “Mejor ciudad y más ciudadanía”
** Sobre los impactos sociales de la planta de UPM Botnia en la localidad de Fray Bentos se puede consultar el trabajo periodístico de la revista Lento titulado “Los hijos de Botnia”
*** Columna de Eduardo Gudynas “Impacto de UPM y centralismo montevideano”
Vecinos de Gualeguaychú volvieron a marchar contra UPM
Residentes de la localidad argentina de Gualeguaychú, en la frontera con el departamento uruguayo de Río Negro, volvieron a marchar contra la fábrica de pasta de celulosa, ubicada del lado uruguayo, la que calificaron como «emprendimiento letal».
La décimo tercera marcha anual contra la papelera UPM, antes conocida como Botnia, fue organizada por la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, y convocó a cientos de ciudadanos de dicha ciudad argentina. “Expresamos la defensa del ambiente con nuestro grito: sí a la vida y no al saqueo y la contaminación. Por su parte, el Gobierno uruguayo se desvive por atraer capitales para estas industrias, siendo el cómplice necesario y permanente para llevar a cabo estos emprendimientos letales”, dijeron los manifestantes en el discurso que leyeron durante la marcha que se dirigió hasta el Puente General San Martín, paso fronterizo entre ambos países.
El intendente de la ciudad, Martín Piaggio, dijo: “Ratificamos nuestra visión que compartimos con toda la comunidad, levantando la bandera del medio ambiente. Por eso desde el gobierno municipal queremos invitar a todos a que se sumen a esta marcha donde gritamos al mundo que tipo de vida queremos para todas nuestras familias”.
“Con nuestros aciertos y desaciertos continuamos con la firme convicción de que debemos llevar adelante una política ambiental activa y desde ese lugar es del que gobernamos. Gualeguaychú no va a aflojar es una de las premisas que se escuchan en cada marcha al puente y eso es lo que debemos preservar. Es muy importante el acompañamiento de todos los vecinos, por eso desde la Municipalidad ponemos a disposición recorridos de colectivos para que todos los que no tengan movilidad puedan asistir”, señaló Piaggio, según recoge el diario local El Día.
Historia de las marchas
La primera gran marcha se realizó el 30 de abril de 2005, y recorrió el mismo trayecto hasta el puente fronterizo. Los ambientalistas iniciaron una serie de protestas contra la instalación de una planta de pasta de celulosa, en ese entonces administrada por la empresa finlandesa Botnia, así como de otras compañías similares a la ribera del río Uruguay.
Al año siguiente, el entonces presidente argentino Néstor Kirchner demandó a Uruguay ante la Corte Internacional de La Haya, por haber permitido la construcción de la planta de Botnia sobre un curso de agua binacional. Duranta ese año y el siguiente, el puente estuvo totalmente cerrado por las protestas de las comunidades y los ambientalistas.
Para 2010, La Haya dictaminó que la procesadora no contaminaba el cauce del río, pero que Uruguay no había informado correctamente a Argentina sobre el proceso de instalación de Botnia. En 2016, la Comisión Administradora del Río Uruguay publicó un estudio realizado entre 2011 y 2015, en el que se detectaron elementos contaminantes en la planta y en algunas zonas del río.
ANTITUPA, ANTITODO (1)
por Sergio Márquez Zacchino
Me llegó por mail. El capítulo 3 se denomina «COLABORACION». Más que sugerente… Allí aparece una cita de un psicólogo que reza así: «cualquiera que sobrevivió tuvo que hacer cosas de las que no se enorgullece. Primo Levi escribió una vez que los mejores hombres no sobrevivieron».
Si las palabras significan lo que dicen, resulta que todas y todos los presos políticos prefiguran un hato de colaboradores que deberían avergonzarse por «las cosas que tuvieron que hacer».
Si se quiere fustigar al Ñato o a Mujica se tiene todo el derecho a hacerlo y luego hacerse responsable de lo escrito.
Diferente es denostar a todas las mujeres y hombres que fueron torturados y pasaron días, semanas, meses o largos años de cafúa. Es un ataque a todxs los tupamaros. Bien leído, resulta una descarga contra todxs lxs presxs de todos los partidos. La escriba, creo, ante lo que se puede leer, se ha sobrepasado. Demasiado.
Podría mencionar nombres y hechos de compañeras y compañeros que no merecen que alguien, vaya uno a saber porqué, mete bala en la recámara y dispara las ráfagas de estiércol de Quisling o del cabo Anselmo, tanto da. Pero no quiero opinar desde la emoción, prefiero los hechos. Pronto y claro: lo que esta dama ha publicado acerca de todxs lxs presxs es mentira. Supongo que lo sabe. Lo vivido por miles de presxs políticxs desmiente la aseveración. Es historia viva.
Se me ocurrió, en el acierto o en el error, acompañar esta breve reflexión, con la figura de Arturo Dubra, el Flaco. Solamente con la parte de historia canera del flaco queda demostrada la falacia de la dama del teclado fácil. Lxs compañerxs del MLN-T no merecen esta sinfonía de la mentira. Lxs de todos los otros partidos y organizaciones tampoco. Arturo, donde estés, brindo contigo. Son las dos de la matina y estoy escabiando una grappita con limón. En tu nombre recuerdo a todxs, a los que los dichos de la agraciada señora no logran siquiera mancillar.
Salud a todxs.
¡Vivan lxs compañerxs!
Enviado por Nestor Durante
…
ANTITUPA, ANTITODO (2)
por Sergio Márquez Zacchino
Lo recibí por mail, reitero. He leído que está escrito con odio y desde el odio; comparto esa aseveración. Pero no me imaginaba que el mismo fuera de tal dimensión; asusta.
No es un ataque exclusivo contra el Ñato. No, no. La señora, junto con el agua de la tina, arroja al bebito; completo. Es un ataque a todo el MLN-T; el de antes y el de ahora. A hombres y mujeres, a los gordos y los flacos.
Podría señalar varios pasajes. Escuchen la siguiente ricura: «(el Ñato) -y varios de sus compañeros del MLN- fue desplegando una épica tupamara que se volvió IMPUNE» (pag 265) Así que ya saben, esta es la concepción de impunidad de la dama en cuestión.
Con el título de «COLABORACION» hay tres capítulos; creo que se entiende que es lo que quiere decir y sugiere la escriba; corta grueso y hace catarsis. En el 3 (capítulo 6) aborda el tema de la Rendición Incondicional. Todo el asunto del batallón Florida.
Surge la pregunta , ¿quiere fustigar al Ñato? Pues tiene todo el derecho del mundo. Pero si lo hace con verdades, medias verdades, falsedades y conclusiones que la dama realiza por sí y ante sí, la cosa se pone color de hormiga. Y se engaña al gran público.
Para avanzar rápido: referido a la Rendición Incondicional propuesta por la cúpula militar (y creada por la CIA), el Ñato -y un grupo de compañeros- se equivocó, en situación y condiciones saladas; salieron del cuartel a trasladar la propuesta.
Guambia! el Ñato, a lo largo de los años, defendió por A más B, haber hecho lo correcto. Cada quien tendrá su opinión.
Pero no fue una equivocación y/o un error del MLN-T.
Veamos, en la página 111, la escriba agrega, en una llamada, un documento: «Aportes del MLN-T para un plan de pacificación real» (reforma agraria, plan de pesca, cooperativas etc) Ella dice -ella- que esa fue la «primera respuesta» tupamara al planteo de rendición. Falso. O desconoce o está ocultando.
Ese plan mencionado es la SEGUNDA parte de un mismo documento. En la primera parte -con fecha 5 de julio de 1972- el MLN-T rechaza la Rendición incondicional. El documento reza así: «Ante la propuesta de rendición incondicional tenemos que contestar que ella no es posible por las siguientes razones: 1) Nuestra lucha tiene origen en las circunstancias de atraso e injusticia que aquejan a nuestro país. Las mismas no han cambiado. 2) Un desmantelamiento militar del MLN sólo lo concebimos cuando comiencen a atacarse los males que aquejan al país. etc etc»
Pronto y claro: el Comité Ejecutivo tupamaro (H Engler, R Sendic y J Marenales) RECHAZO rendirse!!!! Tamos claros? ¿La señora no lo sabe?.¿No se lo dijo ningún asesor? Raro, rarísimo. Y feo.
Esta primera parte del documento (se encuentra en varios libros y registros universitarios) la señora lo olvida; mirá vos, lambete que estás de huevo!!! Pregunto: ¿oculta o miente? ¿cuál es el rigor periodístico?
Otrosí digo. La dama del teclado fácil incurre en otra omisión histórica, decidida en esa misma fecha.
Ese Ejecutivo tupamaro ordenó -y se mandató a sí mismo- que todos los cuadros de dirección y medios DEBIAN CAER PELEANDO. Salvo un caso particular, TODOS acataron la orden: Engler y un grupo de compañeros cayeron a los piñazos, golpes y balazos en un bar. El viejo Julio le tiró la maldita granada -que no estalló- al camello donde iba Amodio y los botones y recibió la ráfaga que casi lo mata. El caso del Bebe Sendic -que no dijo «Soy el Rufo y no me entrego» pero les gritó que no se entregaba nada- es conocido.
Otros también cumplieron.
No se trata de un tema de huevos y ovarios, ni de filme de cowboys, pero se asumieron como dirigentes revolucionarios. Ahora se dice fácil, pero en los momentos más jorobaditos de la vida, jugarse a un envido o al 2 de la muestra y que en ello se te vaya la vida, no es changa.
Claro, la señora no menciona este asuntito, no existe en la enjundiosa investigación que realizó acerca de los sucesos tupamaros del invierno de 1972; pavada. «¡Qué profundidad de altura!» dijera el Palomo Sampayo.
Agrego (si quiere puede sumarlo en la reedición) que el Mov 26 de Marzo, frente legal tupamaro, en aquellos momentos, realizó volanteadas CONTRA la rendición incondicional apoyando la decisión de la organización: Es más, en un acto al ladito de la Universidad, el flaco Rodríguez Belletti finalizó la oratoria gritando «Aquí no se rinde nadie, carajo» parafraseando la conocida consigna. Y se tiró para atrás porque los botones lo buscaban.
Mucha gente no lo sabe, pero ya viviendo en condición de rehén de la dictadura, a Raúl Sendic le ofrecieron la eventual liberación. Se trataba de un canje por un contrarevolucionario cubano: Fidel liberaba a H Mattos y los chabones largaban a Sendic. El Bebe se negó. Dijo :»Todos o ninguno». Sí así, tal cual. Está relatado en el libro «Sendic» del Bolita Blixen y, si alguien tiene dudas le pregunta a Xenia, quien fuera compañera de Sendic. Al principal dirigente tupamaro la represión no lo liberó graciosamente. Ni a él ni a ningún otro dirigente.
Todo lo anteriormente señalado ¿integrará el «martirologio tupamaro»? ¿todo esto será parte estructural del «mito y relato tupamaro»?
En la barraca 3B, el Tropero fastidiaba e impedía vivir. Eso no resultaba nuevo en la vida de los presos políticos, siempre hubo, en todas las épocas. Recuérdese el filme «Stalag 17» (William Holden) o lo relatado por Bruno Apitz en «Desnudo entre lobos», que circulaba clandestino y se leía dequerusa. Al Tropero le teníamos bronca. A ella no
Enviado por Nestor Durante
NUEVO APORTE AL NECESARIO DEBATE EN EL MOVIMIENTO SINDICAL SOBRE EL CARACTER DEL ESTADO SIONISTA DE ISRAEL
DE LA ENTREVISTA DE MONTEVIDEO PORTAL A LA DELEGACION DEL PIT-CNT QUE VISITÒ ISRAEL
F.Gambera: Cualquier país que se precie de democrático dirime las cosas como lo hace Israel, eso también está constatado en este intercambio.
Una de las cosas que me parece que nos da esta experiencia es que se afirma la presencia y convivencia aquí de gente , algo que hemos podido vivenciar inclusive en reuniones en las que participamos. Se reafirma que esa sería una línea por la que puede pasar una solución, la convivencia. Es muy fácil enunciarlo verbalmente y más desde Uruguay, y vivir en Israel y padecer, es otra cosa. Me di cuenta que hay una realidad que impone que estén a la defensiva y que se cuiden.
El movimiento palestino Al Fatá convocó la protesta denominada «El Día de la Ira» en solidaridad con la huelga de hambre que llevan a cabo más de 1.500 palestinos presos en Israel.
Según el Ejército israelí, unos 2.000 palestinos participaron en «disturbios violentos en diversas localidades durante todo el día» y las fuerzas israelitas respondieron con «medidas de control de masas».
Las medidas fueron gases lacrimógenos, balas de goma y fuego real.
Las protestas empezaron después del rezo musulmán del viernes a mediodía y se extendieron por la tarde en pueblos, ciudades y campos refugiados palestinos.
Soldados israelitas disparan contra manifestantes palestinos en Belén. Fuente: EFE
La Media Luna Roja informó que en la ciudad de Ramala y en pueblos cercanos como Bil ‘in y Nabi Saleh se produjeron diversos heridos por gases lacrimógenos, impactos de balas de goma y balas reales.
Al menos cinco personas resultaron heridas en el control militar de Qalandia, que separa Ramala de Jerusalén y diversos jóvenes sufrieron heridas cerca de Nablus.