La CUP dice sí a los presupuestos: llega la hora de la verdad para Junts pel Sí
El ‘sí’ de la CUP a los presupuestos de Junts pel Sí supondrá dar carpetazo a uno de los capítulos más agrios de la última temporada del proceso. La CUP no ha logrado imponer sus criterios en la negociación de presupuestos y ha acabado aprobando unas cuentas a regañadientes. Se ha comido un sapo histórico . Los cupaires lo han reconocido en el documento que salió validadoen el consejo político de finales de enero, que se expresa en términos de «chantaje» y habla de una «aprobación instrumental» de las cuentas.Asimismo, el ‘sí’ de la CUP pone delante del espejo la hoja de ruta de Junts pel Sí. Entramos en una fase resolutiva. Si no hay referéndum en septiembre, debería haber elecciones.
Que los presupuestos no son precisamente la panacea no lo dice sólo la CUP. En CRÍTIC publicamos hace una semana este reportaje recogiendo 25 voces de los movimientos sociales muy críticas con las cuentas. Las cuentas de Junts pel Sí les ha impulsado la conselleria capitaneada por Oriol Junqueras , es decir, ERC. El alma social de los republicanos tampoco puede sentirse especialmente satisfecha del resultado obtenido. ERC probablemente habría preferido unas cuentas más sociales , incluida la modificación del IRPF para las rentas altas (ver, sino este informe elaborado por la misma consejería de Junqueras y hecho público por ‘El Periódico’ hace unos meses ). Algunas voces que habían sido cercanas a la ERC del tripartito lo dicen directamente en público, como el ex secretario general de Industria Antoni Soy, entrevistado en CRÍTICO hace unos meses .
¿Qué le pasa al independentismo de izquierdas? Ha renegado del todo de su alma social para priorizar el ‘frente patriótico’ con la antigua Convergencia? Este relato es quizá demasiado simple. Pero es evidente que en la fase actual del proceso soberanista tanto ERC como la CUP han apostado para tratar de explorar los límites de la alianza con la antigua Convergencia. Joan Tardà lo explicaba así en el debate con Gerardo Pisarello organizado por CRÍTIC la semana pasada : «Estamos en una fase de acumulación de fuerzas. La oligarquía catalana ya no es Convergencia. Fomento del Trabajo no está por el proceso constituyente. Si La Caixa y el Banco Sabadell quisieran la independencia, ya seríamos independientes. La oligarquía catalana no quiere la independencia, sino que necesita el mantenimiento del «statu quo ‘del 78». La CUP lo dice más gráficamente: «Conviene traspasar la presión por el referéndum en JxS. Especialmente proponemos despojar de argumentos aquellos sectores de la derecha catalana que no quieren hacer el referéndum «. Ahora los presupuestos ya no son un escollo. Nadie podrá acusar la CUP de poner palos en las ruedas. Todo la presión, dicen los ‘cupaires’, será por PDeCAT.
Es evidente, sin embargo, que este discurso tiene fisuras. Las expresaba bastante bien Vidal Aragonés, una de las voces críticas en el mundo de la izquierda alternativa y ‘indepe’ en este artículo a CRÍTIC . La CUP, igual que antes ERC, ha acabado asumiendo el relato del proceso, lo que puede llevarla a insertarse en la rueda del ‘processisme’. No se puede dar por hecho, dice Aragonés, que la CUP pueda hacer «caer el gobierno» si no se hace el referéndum. Y con independencia de ello, la alianza con CDC hace más difícil acercar las capas populares metropolitanas a simpatizar con él. Algo parecido decía Pisarello al debate con Tardá: «No quiero que el PDECat, la nueva Convergencia, siga manteniendo el liderazgo político en Cataluña. Esto impide que podamos reunir las fuerzas sociales que necesitamos para poder hacer un cambio en Cataluña. Pactar con la derecha en una situación asimétrica, pensando que los puedes arrastrar a tus posiciones, es una operación muy arriesgada. Mientras el PDECat tenga una posición hegemónica en el proceso, el proceso no llegará al conjunto de la gente «.
Sin embargo, ahora que la CUP aprobará los presupuestos de Junts pel Sí … ¿Qué pasará con el proceso? Se hará el referéndum? ¿Qué pasa con las inhabilitaciones? En este artículo os ofrecemos las claves de la política catalana de los próximos seis meses.
Presupuesto impugnado e incremento de la judicialización
Una de las primeras consecuencias de la aprobación de los presupuestos será la apertura de un nuevo capítulo judicial en el marco del proceso. El PSC ya ha anunciado que recurrirá los presupuestos al Constitucional si estos mantienen la referencia a la partida para realizar el referéndum. Es probable que Ciutadans y el PP no sean menos, y tienen un buen aval: el dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias contrario a la inclusión de esta partida.
Si los presupuestos son suspendidos por el TC, y esto situará la mayoría parlamentaria independentista ante un nuevo Rubicón. Todo lo que sea eliminar esta referencia de las cuentas hará enojar a la CUP, cuyo apoyo a los presupuestos está condicionado a la realización del referéndum. La situación en la que queda Junts pel Sí no es nada fácil.
Mientras tanto, el calendario de la judicialización del proceso seguirá su curso. La apertura de juicio oral a la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, podría producirse en cualquier momento. Forcadell está investigada por un delito de desobediencia por haber permitido el debate parlamentario sobre el proceso constituyente. Los miembros independentistas de la Mesa del Parlamento también están investigados y con querella de la fiscalía.
2017 será un año de judicialización del proceso, lo que ha abocado a todos los actores a realizar cálculos de todo tipo sobre un previsible calendario de inhabilitaciones. En este sentido, resulta especialmente reveladora esta crónica de Xabier Barrena al Periódico , sobre la estrategia de ERC ante posibles inhabilitaciones. Todo o nada.
Mientras tanto, Puigdemont y Junqueras siguen apelando al referéndum pactado con el Estado español. Lo han hecho con un artículo en el diario ‘El País’ . Y en algún momento u otro, Junts pel Sí buscará la forma de trasladar el debate sobre el referéndum en el Congreso. La escenificación del enésimo portazo será también un momento de gran relevancia política de los próximos meses.
El nuevo caballo de batalla de la CUP: fecha y pregunta lo antes posible
El nuevo caballo de batalla de la CUP a partir de mañana será que el gobierno fije una fecha y una pregunta para la realización del referéndum. Sobre la fecha, la CUP ya ha puesto sobre la mesa un adelanto del calendario, que podría situarse en torno al mes de junio. El argumento de los ‘cupaires’ es que septiembre puede ser un mal mes en el ámbito de movilización para que el regreso del periodo vacacional puede crear interferencias. Sin embargo, a nadie se le escapa que un referéndum a finales de septiembre, con el empuje que permitiría tomar un nuevo Once de Septiembre por el referéndum, dotaría la campaña de mucha fuerza. Visto desde otro punto de vista, el adelanto supondría también acortar el pequeño viacrucis de la CUP entre la aprobación a regañadientes de las cuentas y la realización del referéndum.
Algunas voces del PDeCAT, incluido el propio Artur Mas, apostaron en su momento para avanzar el referéndum como respuesta a la judicialización del proceso. Una propuesta que podía leerse también en clave de calendario electoral: a la espera de saber si la condena de Mas puede ser suspendida o no hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie, aparte del PDeCAT le podía haber interesado acelerar la situación porque las elecciones pudieran ser cuando antes y Mas hubiera podido presentarse como candidato. Ahora, sin embargo, esto ha cambiado. No sólo por la incertidumbre sobre si esto sería posible, sino porque las nuevas revelaciones en torno al Caso Palau, con Millet y Montull implicando directamente a Convergencia , desaconsejan un retorno de Mas. Al menos en breve. Otra cosa es lo que podría pasar dentro de dos años.
ERC es partidaria de mantener los tempos establecidos. Junqueras afirma que lo tiene todo listo para el referéndum, pero no da detalles. Los preparativos siguen siendo una incógnita. En todo caso, por ahora parece poco probable que el referéndum se acabe avanzando, por mucho que el calendario judicial intensifique.
La ley de Transitoriedad y la varita mágica de Harry Potter
La aprobación de la ley de Transitoriedad Jurídica será uno de los puntos de fricción de los próximos meses no sólo entre el bloque independentista y el resto de la cámara catalana, sino también entre Junts pel Sí y la CUP. Su contenido es en la actualidad una de las grandes incógnitas del proceso. Y sintiendo algunos discursos de Junts pel Sí , se podría imaginarse esta ley como una especie de varita mágica de Harry Potter que hará nacer sin problemas la República catalana. En el mundo cupaire todo ello genera cierta incredibilidad, y más de una contradicción. Sobre todo en cuanto a la gestión del argucia jurídica impulsada por Junts pel Sí para reformar el reglamento de la cámara para que esta norma, que debe facilitar la convocatoria del referéndum, pueda ser aprobada en lectura única y sin debate.
La idea de reformar el reglamento del Parlamento para la ‘desconexión exprés’ genera incomodidad en parte de la CUP
Este movimiento, que hasta ahora nadie en el seno del independentismo ha puesto en cuestión, ha generado cierta incomodidad a la CUP, que guarda silencio pero, de puertas adentro, plantea más de un pero a esta formulación. Para la CUP, que siempre ha hecho bandera de la transparencia y del «luces y taquígrafos» de su acción política, resulta una buena contradicción que la ley de Transitoriedad haya sido negociada en secreto y sin que prácticamente hayan trascendido los detalles . Según el diario ‘El País’, sólo una decena de personas conocen el redactado exacto de la ley . Lo cierto es que la CUP y JxS aseguraron que había acuerdo sobre el tema el pasado diciembre, pero el redactado se guarda a cal y canto con el argumento de que hay que dejar el mínimo margen al Estado para impugnarla en caso que se apruebe.
De ahí también la intención de modificar la normativa del Parlamento para facilitar su aprobación en lectura única y sin debate. Una estrategia que en la CUP no satisface todos, porque al margen de que sea democráticamente cuestionable, sienta un peligroso precedente: y si un día hay otra mayoría parlamentaria que pretende hacer lo mismo en una dirección contraria, en qué situación quedaría el independentismo para denunciarlo?
En la CUP, la varita mágica de Harry Potter no genera confianza. Los cupaires son más partidarios de ir de cara porque, dicen, al final de lo que se tratará es de desobedecer la ley española. Cuestionan el salto ‘de la ley a la ley’ que propone Juntos por Sí. Consideran que, como mucho, lo que habrá es un conflicto entre dos legalidades, y en este marco será muy importante la legitimidad democrática. Y, en opinión de algunos, este tipo de acciones no la incrementan, sino que la disminuyen.
http://www.elcritic.cat/blogs/rogerpala/2017/03/20/la-cup-diu-si-als-pressupostos-arriba-lhora-de-la-veritat-per-a-junts-pel-si/