El votante derecho
Por Koldo Madrid
No estaría de más a falta de un día de la votación del 21D, conocer el perfil de los votantes que se acercarán a las urnas interiorizando el grito del “A por ellos”, empuñando el voto no para hacer más próspero a su país, si no como elemento de venganza.
En una encuesta del CIS que ya tiene sus años, (octubre de 2010), el 90% de las personas que se confesaban ideológicamente de extrema derecha, admitían votar al Partido Popular.
Desde aquella fecha se ha creado el recambio que necesitaba un partido zombi como el PP: está muerto pero camina, está podrido pero sale muy bien en las fotos, y aunque carezca de cerebro, siempre encuentran a alguien que encabece su partido. Ese relevo, evidentemente, no es otro que Ciudadanos. En la práctica son lo mismo: liberalización y privatización de empresas, servicios y propiedades públicas, eliminar derechos y libertades laborales o sociales, eliminación de impuestos a empresas y empresarios y permitir que éstas puedan ejercer el despido sin ningún tipo de indemnización. Para eso son hijos del Íbex. En lo único que se diferencian al PP es que no fue fundado por un ministro franquista, conocido como Eel asesino de Vitoria” por los sucesos ocurridos en la capital vasca el 3 de marzo de 1976, Manuel Fraga Iribarne.
Con mirar un poco a nuestro alrededor, podemos observar sin necesidad de usar lentes de aumento, que cada día la extrema derecha es más numerosa y ha terminado de desperezarse, envalentonada por la impunidad con la que puede ejercer su violencia. Recordar de pasada, que el hallazgo de un arsenal de armas y munición en la “Operación Panzer”, entre las que se encontraban pistolas, carabinas, rifles, machetes, un lanzagranadas, aparte de efectos militares como una daga de las Waffen SS y demás simbología nazi, se detuvieron a 18 individuos, los cuales salían de cacería en busca de inmigrantes. El cabecilla de la banda era, como no podía ser de otra manera, un militar español llamado José Andrés Orts. Esta banda nazi aparte de la posesión también se dedicaba al tráfico de armas.
Esta banda y sus 18 miembros que fueron finalmente acusados, resultaron absueltos por un defecto de forma. Se adujo que las escuchas telefónicas realizadas en la operación eran ilegales. El asunto, seguro que lo recordaréis, no quedó ahí, ya que el líder, el militar español, exigió la indemnización porque se había destruido su arsenal y la Justicia Española le dio la razón y accedió a pagarle.
En contraposición, el estado español monta operativos como el de la Operación Araña en los que se buscan personas exclusivamente de ideología de izquierda y se las detiene por delitos de opinión. No hay armas, ni explosivos, ni tráfico de armas. Tan solo acusaciones de enaltecimiento del odio, apología del terrorismo o injurias al estado, la corona o lo que se tercie. Tampoco hay jamás entre estos acusados, militares, guardias civiles o policías, claro está.
La comparación con el caso que antes os comentaba, es como poco indignante y por supuesto, sospechosa.
Por eso, ¿alguien cree que un nazi, un fascista, un individuo que salga a la caza de “inmigrantes y guarros”, tiene necesidad de votar a otros partidos de derechas que no sean los que ya existen y tienen representación parlamentaria? Pensadlo. ¿Tienen necesidad de votar a otros partidos que no sean PP o C’s, cuando son ellos los que mantienen y nombran los cargos que después les van a juzgar? ¿Tienen estos grupos necesidad de votar a otras opciones cuando entre la judicatura y las diferentes fuerzas policiales, se cometen errores de forma, extravíos o beneficiosos aplazamientos en sus causas?
Reflexionad, usad la jornada de reflexión justo para eso. Para hacer lo que más le ha dolido siempre al fascismo: el uso del cerebro pero no para embestir, si no para pensar.