El Desarrollo de Sinaloa, México: Entre la Ignorancia y el Cinismo
No vamos a asumir, de entrada, que Sinaloa es un estado de México «rico», porque es productor de alimentos y materia prima para la industria alimentaria, aunque se orinen en ella los trabajadores como sucedió en “La Costeña”, sin que hasta el momento nos preguntemos la relación entre salario, clima laboral y descontento obrero o lumpenproletariado y tejido social.
Sinaloa en los últimos tres sexenios, para no irnos más atrás, ha sido administrada bajo el capricho de los negocios al amparo del estado, del erario público, como se estila en todo el país, con presidentes municipales y gobernadores que se han enriquecido a costillas de los Sinaloense, en este último sexenio especialmente cínico la acción del poder, un aspecto que se busca tapar con la componenda política de Malova-Quirono-PRI-PANAL-PVEM que los dibuja como son.
Esta claro el nivel de insatisfacción que tiene la ciudadanía de Sinaloa, con respecto al sin numero de proyectos faraónicos que se han presentado al amparo de las instituciones y como unos cuantos son los que se benefician, sin el menor de los empacho, frente a la miseria de la mayoria.
Podemos hablar de un sin fin de medidas para desarrollar las políticas públicas, de caminos para el desarrollo de la ciudadanía, pero lo cierto es que la ética y la moral en la conformación de los bienes intangibles en los que se soporta la cultura no existen o son sumamente débiles en el caso de las instituciones de Sinaloa.
Las circunstancias bajo las que gano Quirino Ordaz Coppel la elección de Gobernador en Sinaloa, son las de una elección de Estado, imponiendo todas las condiciones y solo nos deja dos lecturas posibles, un fraude descomunal o la inmoralidad generalizada de una sociedad corrompida y desobligada de su participación política, en ambos casos Quirino no tiene capital social para gobernar, como la gran mayoría de los representantes públicos de Sinaloa, todo es una mascarada de corrupción.
En estas circunstancias ¿Cómo gobernar? Se gobernara bajo un polvorín, sin otra meta que el 2018, con todo el cinismo se operara en el mismo escenario y bajo los mismos actores una Elección de Estado para la presidencia de México, hoy más que nunca con la anuencia de los “socios” Norteamericanos.
El Desarrollo de Sinaloa se mece entre la ignorancia y el cinismo, no hay un juego intermedio, la ciencia y la cultura no son prioridades en la tierra de los pimientos y el tomate, de la carne de vaca y los cortes finos, de la mariguana y la amapola, del machismo y la hosexualidad, de las iglesias y la hipocresía, aquí se trata de actuar y de imponer y así ha sido los últimos tres sexenios priistas y de coaliciones PAN-PRD-PRI, en donde lo que más se acumula son los crímenes de odio, a los que se les denomina de “alto impacto”.
Quirino Ordaz Coppel no tiene proyecto de estado, en toda su campaña no presentó propuestas, su agenda es la que se dicte en los Pinos, bajo los auspicios de las tribus que se sientan a la mesa con Peña Nieto y si sequito en turno, pero, de ahí en adelante, la aplicación ciega de los designios del centro, es lo que prevalecerá en la administración pública con una, dosis además de mayor corrupción.
Salir del marasmo es necesario, los dueños del poder y del dinero en Sinaloa tendrán que pensar hasta donde el decrecimiento permanente de la economía del estado, por la falta de proyectos de innovación y con negocios a modo y para cuates, va a seguir redituando en el estado, bajo un discurso de «emprendedores» con las mismas reglas de operación de de siempre, estar en el lado correcto del poder, es decir, en la confusión cínica de Poder como sinónimo de impunidad, antes que responsabilidad.