El Congreso Obrero de Sants, un centenario brillante del anarcosindicalismo catalán (cast/cat)
La relevancia y trascendencia de este congreso del obrerismo catalán, de conocida orientación revolucionaria y libertaria a la vez, ha sido resaltada por diferentes historiadores catalanes y también por otros dentro del ámbito del Estado español, destacando especialmente que con él se inicia la sostenida e irreversible etapa de fortalecimiento del anarcosindicalismo ibérico, representada por Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
No nos equivocaríamos demasiado si afirmáramos que muchas iniciativas organizativas del anarquismo ibérico a lo largo de su dilatada historia estuvieron engendradas en el seno de los diversos movimientos libertarios catalanes. En el caso concreto del Congreso de Sants, las influencias y sugerencias fueron determinantes, tanto en las resoluciones organizativas aprobadas, como en el destacable grueso de asociados y militantes implicados en este proyecto colectivo.
Haciéndome eco –de una forma totalmente libre– del título del libro de Xavier Díez ‘El anarquismo, hecho diferencial catalán’, podríamos decir que el Congreso de Sants de la CRT-C formaría parte de esta narrativa plural alternativa al capitalismo proyectada y soñada por multitud de mujeres y hombres que (mal) vivían en nuestro país y que luchaban por una nueva sociedad sin ningún tipo de explotación.
En esta dirección de vibrante ansiedad revolucionaria, es necesario destacar la influencia positiva y alentadora que ejercieron los primeros tiempos de la Revolución rusa del 1917 para el conjunto de los movimientos obreros europeos, también para los de raíz catalana. Era la primera revolución de afirmación socialista, nítidamente popular y proletaria a la vez, y esto era fuertemente valorado por los sectores sociales con más voluntad y anhelo de emancipación social.
Cómo ha señalado el reconocido historiador Josep Termes, en un ensayo sobre los orígenes y repercusiones de la Revolución rusa en Cataluña, fueron los propagandistas anarquistas los primeros y mejores difusores de esta emergente revolución proletaria, al menos en su periplo inicial.
El Congreso de Sants se enmarcaría en ese momento de encrucijada histórica, esperando y deseando a la vez que muchos de los sueños proletarios de liberación social fueran exitosos. A guisa de ejemplo, en la Memoria del Congreso, redactada por el Comité de la CRT-C en diciembre de 1918, nos encontramos unas breves reflexiones de apoyo a estos anhelos: “Nuestras primeras palabras, nuestros deseos y nuestras admiraciones son para ellos. A todos os prometemos que nuestros actos estarán inspirados en vuestras gestas y que tendremos como honor propio proseguir el camino que nos habéis remarcado”.
El Congreso de Sants: elementos relevantes de reflexión y de análisis
De las muchas y útiles reflexiones que podríamos elaborar alrededor del Congreso de Sants, me gustaría destacar especialmente dos, que he considerado podrían ser las más relevantes a la hora de acotar un análisis más clarificador de esta cumbre del anarcosindicalismo catalán.
La primera de ellas, que según mi parecer ha sido poco reconocida, se fundamenta en la exitosa capacidad demostrada por los propagandistas libertarios para agrupar, de una forma más cohesionada y consistente, al movimiento obrero catalán. Esta era una de las carencias más recurrentes para intentar resolver de forma prioritaria. Los mismos protagonistas lo afirmaban a menudo en las páginas del periódico Solidaridad Obrera (órgano de la CRT-C) y el Congreso de Sants lo encaró y solucionó de una forma claramente satisfactoria.
En el Congreso estuvieron representados 73.860 asociados, con 164 delegados que pertenecían a 153 sociedades obreras y sindicatos de las principales comarcas de Cataluña. Unos datos bastante relevantes, que es importante hacer valer porque no se habían dado hasta aquellos momentos, certificando los inicios del crecimiento asociativo alrededor de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña.
Si bien la mayor parte de los afiliados provenían de la ciudad de Barcelona, con 54.572 asociados, es también bastante remarcable la participación de afiliados de muchas ciudades y pueblos de comarcas como fueron Sabadell, Terrassa, Badalona, Mataró, Manresa, Igualada, Reus, Tarragona, Lleida, Sant Feliu de Guíxols y Palafrugell, para enumerar algunas de las principales ciudades representadas en el encuentro.
Parecía, hasta estos precisos momentos, que la CRT-C era prioritariamente una organización vinculada al movimiento obrero de la ciudad de Barcelona, pero con una articulación sindical frágil en el resto de ciudades de las comarcas catalanas. Con la dinámica favorable puesta en marcha en el Congreso de Sants se empezarían a disipar algunas de las carencias recurrentes del obrerismo catalán en su conjunto, tanto en relación a las cuestiones de orden organizativo, como a las relacionadas con el ámbito ideológico que fragmentaban y paralizaban la posible cohesión de fuerzas sindicales en el Principado.
Después del Congreso de Sants la CRT-C se convertiría, durante mucho tiempo y por méritos propios, en la organización referente del movimiento obrero catalán. El sindicalismo libertario había hecho realidad, ahora ya sí de una forma más sólida y acertada, la indiscutible influencia ideológica que ejercía, por diversos medios, sobre las clases trabajadoras de nuestra tierra.
La segunda consideración a destacar, sin duda la más reconocida cuando hablamos del Congreso de Sants, sería la propuesta y aprobación de una nueva forma de articulación sindical colectiva mediante los llamados Sindicato Únicos de Ramo o de Industria que alcanzaban a toda la estructura organizativa de la CRT-C. Esta nueva herramienta sindical quería sustituir las viejas maneras de agruparse de los trabajadores catalanes, que provenían del último tercio del siglo XIX y se basaban en las antiguas Sociedades Obreras, donde se priorizaba el oficio como eje nuclear de su agrupamiento básico.
La reflexión colectiva desarrollada en el Congreso de Sants en cuanto a los Sindicatos Únicos fue bastante extensa y participativa. Las ideas-fuerza que se ofrecieron en el debate congresual, basculaban dialécticamente entre la prioritaria necesidad de englobar al mayor número de trabajadores en potentes organizaciones sindicales para luchar contra la burguesía, y por otro una posición de corte inmovilista que seguía defendiendo la validez del oficio como elemento prioritario de hermanamiento proletario. Un debate que mayoritariamente fue resuelto por los congresistas decantándose por la aprobación e implementación de los llamados Sindicatos Únicos de Ramo o de Industria, valorándolo como la mejor y más útil forma de agrupamiento obrero para luchar contra la burguesía.
Esta resolución congresual no suponía ni una centralización jerarquizada, ni tampoco una estructuración burocrática de los sindicatos, como algunos habían supuesto y criticado. Las asambleas de trabajadores asociados seguirían siendo los ejes distintivos de la renovada organización sindical, que mantendría los rasgos característicos más reconocidos de la filosofía sindical libertaría. Además, los delegados participantes en el Congreso de Sants, siendo conscientes del cambio sustancial a desarrollar, ofrecieron un margen de tiempo prudencial para que todos los sindicatos pudieran adecuarse a la nueva estructuración sindical aprobada.
Somos conocedores, por las diversas referencias aparecidas posteriormente en el diario Solidaridad Obrera, que en la mayor parte de los casos la transición organizativa fue eficiente y se resolvió favorablemente a finales de aquel mismo año. Después del Congreso de Sants, la CRT-C puso en marcha una extensa campaña en toda Cataluña con el nombre Excursiones de Propaganda, para dar a conocer los diferentes acuerdos y resoluciones y animar al resto de organizaciones obreras catalanas a sumarse al nuevo proyecto sindical surgido.
El historiador Manel Lladonosa, que es el autor del único libro dedicado exclusivamente al Congreso de Sants, nos informaba –de una forma muy documentada– de que el día 8 de diciembre del 1918 la CRT-C había celebrado una Asamblea Regional en la ciudad de Barcelona en la que participarían 254 entidades obreras de toda Cataluña, representando a 345.000 afiliados. Unas cifras de afiliación realmente destacables, tan sólo medio año después de la celebración del Congreso de Sants.
Posteriormente, a finales del 1919, la CRT-C llegaría a su cuota más grande de afiliación durante este periodo, agrupando un total de 427.000 asociados en el marco de su destacada participación en el II Congreso de la CNT celebrado en Madrid. Cómo han señalado algunos conocidos historiadores catalanes, esto suponía el agrupamiento mayoritario de las clases populares catalanas alrededor del anarcosindicalismo.
El Congrés Obrer de Sants, un centenari brillant de l’anarcosindicalisme català
A finals de juny es commemora el centenari del Congrés Obrer de Sants que la Confederació Regional del Treball de Catalunya (CRT-C) va celebrar des del dia 28 de juny fins a l’1 de juliol del 1918 a l’Ateneu Racionalista Obrer de Sants (Carrer Vallespir núm. 12) de la ciutat de Barcelona
La rellevància i transcendència d’aquest congrés de l’obrerisme català, de coneguda orientació revolucionària i llibertària alhora, ha estat ressaltada per diferents historiadors catalans i també per d’altres dins de l’àmbit de l’Estat espanyol, destacant especialment que amb ell s’inicia la sostinguda i irreversible etapa d’enfortiment de l’anarcosindicalisme ibèric, representada per Confederació Nacional del Treball (CNT).
El Congrés de Sants va ser determinant tant pel que fa a les resolucions organitzatives aprovades, com al destacable gruix d’associats i militants implicats en aquest projecte col·lectiu
No ens equivocaríem massa si afirméssim que moltes iniciatives organitzatives de l’anarquisme ibèric al llarg de la seva dilatada història van estar engendrades en el si dels diversos moviments llibertaris catalans. En el cas concret del Congrés de Sants, les influències i suggeriments van ser determinants, tant pel que fa a les resolucions organitzatives aprovades, com al destacable gruix d’associats i militants implicats en aquest projecte col·lectiu.
Fent-me ressò –d’una forma totalment lliure– del títol del llibre de Xavier Díez L’anarquisme, fet diferencial català, podríem dir que el Congrés de Sants de la CRT-C formaria part d’aquesta narrativa plural alternativa al capitalisme projectada i somiada per multitud de dones i homes que (mal) vivien a casa nostra i que lluitaven per una nova societat sense cap mena d’explotació.
En aquesta direcció de vibrant ansietat revolucionària, és necessari destacar la influència positiva i engrescadora que van exercir els primers temps de la Revolució russa del 1917 per al conjunt dels moviments obrers europeus, també pels d’arrel catalana. Era la primera revolució d’afermament socialista, nítidament popular i proletària alhora, i això era fortament valorat pels sectors socials amb més voluntat i anhel d’emancipació social.
Segons l’historiador Josep Termes, els propagandistes anarquistes van ser els primers i millors difusors de la Revolució russa a Catalunya
Com ha assenyalat el reconegut historiador Josep Termes, en un assaig sobre els orígens i repercussions de la Revolució russa a Catalunya, van ser els propagandistes anarquistes els primers i millors difusors d’aquesta emergent revolució proletària, almenys en el seu periple inicial.
El Congrés de Sants s’emmarcaria en aquest moment de cruïlla històrica, esperant i desitjant alhora que molts dels somnis proletaris d’alliberament social fossin reeixits. A tall d’exemple, a la Memòria del Congrés, redactada pel Comitè de la CRT-C el desembre de 1918, ens torbem unes breus reflexions de suport a aquests anhels: “Les nostres primeres paraules, els nostres desitjos i les nostres admiracions són per a ells. A tots us prometem que els nostres actes estaran inspirats en les vostres gestes i que tindrem com honor propi prosseguir el camí que ens heu remarcat”.
El Congrés de Sants: elements rellevants de reflexió i d’anàlisi
De les moltes i útils reflexions que podríem elaborar al voltant del Congrés de Sants, m’agradaria destacar-ne especialment dues, que he considerat podrien ser les més rellevants a l’hora d’acotar una anàlisi més clarificadora d’aquesta cimera de l’anarcosindicalisme català.
La primera d’elles, que segons el meu parer ha estat poc reconeguda, es fonamenta en la reeixida capacitat demostrada pels propagandistes llibertaris per agrupar, d’una forma més cohesionada i consistent, al moviment obrer català. Aquesta era una de les mancances més recurrents per intentar resoldre de forma prioritària. Els mateixos protagonistes ho afirmaven sovint a les pàgines del periòdic Solidaridad Obrera (òrgan de la CRT-C) i el Congrés de Sants ho va encarar i solucionar d’una forma clarament satisfactòria.
Al Congrés de Sants hi van estar representats 73.860 associats, amb 164 delegats que pertanyien a 153 societats obreres i sindicats de les principals comarques de Catalunya
Al Congrés hi van estar representats 73.860 associats, amb 164 delegats que pertanyien a 153 societats obreres i sindicats de les principals comarques de Catalunya. Unes dades força rellevants, que és important fer valdre perquè no s’havien donat fins a aquells moments, certificant els inicis del creixement associatiu al voltant de la Confederació Regional del Treball de Catalunya.
Per bé que la major part dels afiliats provenien de la ciutat de Barcelona, amb 54.572 associats, és també força remarcable la participació d’afiliats de moltes ciutats i pobles de comarques com van ser Sabadell, Terrassa, Badalona, Mataró, Manresa, Igualada, Reus, Tarragona, Lleida, Sant Feliu de Guíxols i Palafrugell, per enumerar algunes de les principals ciutats representades a la trobada.
Semblava, fins a aquests precisos moments, que la CRT-C era prioritàriament una organització vinculada al moviment obrer de la ciutat de Barcelona, però amb una articulació sindical fràgil a la resta de ciutats de les comarques catalanes. Amb la dinàmica favorable engegada al Congrés de Sants es començarien a dissipar algunes de les mancances recurrents de l’obrerisme català amb el seu conjunt, tant pel que té a veure amb les qüestions d’ordre organitzatiu, com les relacionades amb l’àmbit ideològic que fragmentaven i paralitzaven la possible cohesió de forces sindicals al Principat.
Després del Congrés de Sants la CRT-C esdevindria, durant molt de temps i per mèrits propis, l’organització referent del moviment obrer català
Després del Congrés de Sants la CRT-C esdevindria, durant molt de temps i per mèrits propis, l’organització referent del moviment obrer català. El sindicalisme llibertari havia fet realitat, ara ja si duna forma més sòlida i encertada, la indiscutible influència ideològica que exercia, per diversos mitjans, sobre les classes treballadores de casa nostra.
La segona consideració a destacar, sens dubte la més reconeguda quan parlem del Congrés de Sants, seria la proposta i aprovació d’una nova forma d’articulació sindical col·lectiva mitjançant els anomenats Sindicat Únics de Ram o d’Indústria que abastava tota l’estructura organitzativa de la CRT-C. Aquesta nova eina sindical volia substituir les velles maneres d’agrupar-se dels treballadors catalans, que provenien de l’últim terç del segle XIX i es basaven en les antigues Societats Obreres, on es prioritzava l’ofici com a eix nuclear del seu agrupament bàsic.
La reflexió col·lectiva desenvolupada al Congrés de Sants pel que fa als Sindicats Únics va ser força extensa i participativa. Les idees-força que s’oferiren al debat congressual, basculaven dialècticament entre la prioritària necessitat d’englobar al nombre més gran de treballadors en potents organitzacions sindicals per lluitar contra la burgesia, i per l’altra banda una posició de tall immobilista que seguia defensant la validesa de l’ofici com a element prioritari d’agermanament proletari. Un debat que majoritàriament va ser resolt pels congressistes decantant-se per l’aprovació i implementació dels anomenats Sindicats Únics de Ram o d’Indústria, valorant-lo com la millor i més útil forma d’agrupament obrer per lluitar contra la burgesia.
L’aprovació i implementació dels anomenats Sindicats Únics de Ram o d’Indústria mantenia les assemblees de treballadors associats com els eixos distintius de la renovada organització sindical
Aquesta resolució congressual no suposava ni una centralització jerarquitzada, ni tampoc una estructuració burocràtica dels sindicats, com alguns havien suposat i criticat. Les assemblees de treballadors associats seguirien sent els eixos distintius de la renovada organització sindical, que mantindria els trets característics més reconeguts de la filosofia sindical llibertaria. A més a més, els delegats participants en el Congrés de Sants, essent conscients del canvi substancial a desenvolupar, van oferir un marge de temps prudencial perquè tots els sindicats poguessin adequar-se a la nova estructuració sindical aprovada.
Som coneixedors, per les diverses referències aparegudes posteriorment al diari Solidaridad Obrera, que en la major part dels casos la transició organitzativa va ser eficient i es va resoldre favorablement a finals d’aquell mateix any. Després del Congrés de Sants, la CRT-C va engegar una extensa campanya arreu de Catalunya amb el nom Excursions de Propaganda, per donar a conèixer els diferents acords i resolucions i animar a la resta d’organitzacions obreres catalanes a sumar-se al nou projecte sindical sorgit.
L’historiador Manel Lladonosa, que és l’autor de l’únic llibre dedicat exclusivament al Congrés de Sants, ens informava –d’una forma molt documentada– que el dia 8 de desembre del 1918 la CRT-C havia celebrat una Assemblea Regional a la ciutat de Barcelona en la que hi participarien 254 entitats obreres de tota Catalunya, representant a 345.000 afiliats. Unes xifres d’afiliació realment força destacables, tan sols mig any després de la celebració del Congrés de Sants.
Posteriorment, a finals del 1919, la CRT-C arribaria a la seva quota més gran d’afiliació durant aquest període, agrupant un total de 427.000 associats en el marc de la seva destacada participació en el II Congrés de la CNT celebrat a Madrid. Com han assenyalat alguns coneguts historiadors catalans, això suposava l’agrupament majoritari de les classes populars catalanes al voltant de l’anarcosindicalisme.