(Debate en PODEMOS) Vistalegre II y la democracia «desde abajo»
“La democracia sin pan, sin trabajo y sin derechos es un sarcasmo.”
Diego Cañamero en la Tuerka, 2013.
La democracia es repartir poder. La democracia es algo más que un procedimiento. Democracia es extender derechos. En Vistalegre tenemos la oportunidad de apostar por un Podemos democrático que genere la potencia suficiente para ganar las elecciones en 2020 y para que centenares de miles de personas construyamos una herramienta imparable en favor de la mayoría social y las clases populares, esos centenares de miles de personas son el movimiento real, son las protagonistas en Podemos. El Podemos más democrático será el que mejor sea capaz de repartir el poder de decisión entre su gente, de hacerla protagonista. Una de las maravillas de Podemos es que ha logrado que muchísimas personas recorran ese proceso de “concientización” del que hablaba el pedagogo brasileño Paolo Freire: “tomar conciencia de sí y de su mundo” y luchar por transformarlo, ahora es responsabilidad de todas dotar de herramientas a esa gente para poder transformarlo.
Proporcionalidad, pluralidad y democracia interna son argumentos defendidos por los documentos Podemos En Movimiento (Anticapitalistas) y Desplegar las Velas (Errejón). Nadie puede estar en contra de la democracia interna ni de la pluralidad. Las diferencias estriban en su aplicación práctica: ¿democracia interna y pluralidad son acuerdos entre los líderes de las corrientes?, ¿es proporcionalidad reclamar espacios cuando soy corriente minoritaria y acaparar poder semiabsoluto cuando tengo ocasión?, ¿aplicaba democracia interna el Podemos construido por Sergio Pascual?, ¿practica el pluralismo y la proporcionalidad Podemos Andalucía en su estructura interna?, y lo que es más importante, ¿entendemos la pluralidad y la democracia interna como un reparto de cargos y responsabilidades entre sensibilidades organizadas? Muchos pensamos que no, que repartir poder entre partidos dentro del partido es una manera de desdemocratizar, de olvidarnos de las fatigas y los anhelos del conjunto de la militancia, de desperdiciar las potencias, las energías y el poder popular que emana desde abajo, de esa amplia mayoría de personas que participan en Podemos cansadas de asistir a círculos, procesos internos, asambleas o espacios amplios viendo cómo compañerxs vienen con las ideas preconcebidas en base a decisiones adoptadas en las reuniones cerradas por su corriente. Eso no es democracia interna; es pensar que dentro de Podemos hay militancia de primera y militancia de segunda; vanguardias y masas, personas que piensan y personas que pegan carteles.
Yo voy a votar los documentos de Pablo Iglesias, pero no voy a hacerlo por las llamadas a la unidad ni a un Podemos más fuerte, sino porque quiero un Podemos más democrático y considero que su proyecto, poniendo a la militancia y a la personas inscritas por delante de las corrientes, es el más democrático de todos. Nadie podría acusar al 15M de poco democrático, el 15M era un espacio radicalmente democrático, entre otras cosas porque en sus asambleas las personas dejaban en casa sus istas y sus carnets y debatían con otras personas de igual a igual, de quien a quien, de comunista a escayolista, de taxista a anarquista. El dilema en Vistalegre no será entre uniformidad y pluralidad, ese es un debate falso; será una decisión sobre dónde queremos que resida el poder, dónde vamos a acentuar la soberanía y la toma de decisiones, ¿en espacios amplios y diversos no competitivos, o en espacios cerrados y homogéneos competitivos; en asambleas y círculos o en organizaciones internas paralelas?
Impulsar el poder popular, la potencia de las bases, la imparable fuerza de miles de personas tomando las riendas del destino colectivo de nuestro pueblo, sin intermediarios, sin tutelas, para enfrentar a los oligarcas, a los dueños de las eléctricas, a ese puñado de banqueros, terratenientes, grandes constructores, y a la casta política que los defiende, para que no vuelvan a robarnos el presente y a hipotecarnos el futuro. Vendrán épocas mejores y otras regulares, pero esta herramienta, Podemos, es imparable y esto no ha hecho más que empezar. Cumplimos tres años, y dentro de otros tres vamos a gobernar el país.
*Daniel Galán Villar. Militante de PODEMOS