[¡Con ellxs gana la clase trabajadora!] Victoria histórica de lxs estibadorxs: ¡Derogado el decreto de la estiba!
El Congreso deroga el decreto de la estiba con la mayoría de la oposición
El Congreso ha derogado hoy el real decreto-ley de reforma del régimen laboral de los estibadores, con 174 votos en contra -los del PSOE y Unidos Podemos, principalmente- frente a 141 a favor -respaldados por el PNV- y 33 abstenciones, las de Ciudadanos y la de Iñigo Errejón, de Podemos, por error.
Es la tercera vez en la historia de la democracia que no se convalida un real decreto ley, después de que en 1979 la Diputación Permanente rechazara la convalidación de la prórroga de la actuación de la Junta Central de Acuartelamiento y, en 2006, la norma relativa a impuestos sobre el tabaco, aunque en este caso por un error en la votación.
Fuente: Agencias
Los estibadores celebran el triunfo en el mismo Congreso poco después de conocerse la votación (¡Ni un paso atrás!). Vídeo: Vidal Aragonés.
El Gobierno sufre una derrota histórica por el decreto de la estiba
Es la primera vez que el Congreso rechaza convalidar un decreto-ley desde 1979, excepto un error que se produjo en 2006
Ciudadanos había anunciado antes de empezar el debate que se abstendría en vez de votar a favor, lo que alejó definitivamente la posibilidad de aprobación
Íñigo de la Serna defiende la reforma sin más apoyo en el banco azul que el de Fátima Báñez
Unidos Podemos pide la dimisión del ministro, al que acusan de adoptar «actitudes de tahúr»
El Gobierno del PP ha sufrido este jueves una derrota histórica, de la que no hay precedentes desde 1979. El Congreso ha rechazado por 141 votos a favor, 174 en contra y 33 abstenciones convalidar el real decreto para modificar el régimen de los trabajadores de la estiba. El Ejecutivo ha advertido de que la segunda multa de Bruselas, que obliga a cambiar las condiciones del sector, está «a punto de caer».
El debate se inició a las 9:00 horas con la defensa de la gestión de esta crisis de un cabizbajo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que ya sabía que el texto no saldría adelante, ni siquiera por la mínima o por sorpresas de última hora. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, acababa de anunciar en los pasillos que su partido se iba a abstener en la votación, en lugar de votar a favor como había anunciado un día antes. Su argumento era que no se había conseguido un acuerdo entre patronal y sindicatos y que el texto igualmente se iba a rechazar. Además estaban a punto de aterrizar las tres diputadas de Podemos, ERC y Compromís que se habían ido de viaje a Nueva York con la comisión de Igualdad, y con cuya ausencia contaba el PP para intentar cuadrar sus números.
En un hemiciclo prácticamente vacío -en el banco azul sólo ha estado sentada, intermitentemente, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que también ha estado involucrada en la negociación- y con su antecesora en el cargo, ahora presidenta del Congreso, Ana Pastor, a la espalda, De la Serna aseguró que «el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer». Quizás para evitar comparaciones históricas ha recalcado que «este no es un real decreto cualquiera» y que su rechazo «no es un varapalo al Gobierno» sino «al conjunto de los españoles que tendrán que pagar la multa».
Reclamó «sentido de Estado» al resto de los grupos e insistió una y otra vez en la amenaza de una segunda sanción -de 134.000 euros al día, que se añade a los 23 millones ya estipulados- del Tribunal de Justicia de la UE.
Sobre su gestión de la crisis, defendió que el proceso lleva en marcha dos años con una activa participación del Gobierno. Pero los portavoces de la oposición le han criticado por haberse sentado en la mesa sólo a última hora para negociar un acuerdo «in extremis» y en una reunión técnica en la que ni siquiera estaban los representantes de los trabajadores capacitados para tomar una decisión.
El portavoz de PdeCat, Ferrán Bel, advirtió de que «cuando las reformas estructurales se hacen de forma unilateral y sin mayoría absoluta las cosas pasan como pasan», y aseguró que la responsabilidad de esta situación «es del Gobierno. Ni los sindicatos, ni las empresas ni los grupos la podemos asumir».
De la Serna agradeció su labor «incansable» a Báñez y al mediador entre estibadores y la patronal Anesco, el presidente del CES, Marcos Peña. «Empezó con una tarea difícil y se acabó tornando imposible. Y de eso nos encargamos todos», admitió. También reconoció que perder una votación como esta «no es lo más agradable que le puede suceder a uno cuando acaba de iniciar una legislatura».
El ministro reprochó al PSOE que anunciase en plenas negociaciones que iba a rechazar el decreto: «El mayor obstáculo fue que desde los primeros momentos se anunciara la posición negativa de algún grupo político. Si alguien está en una situación de monopolio (en referencia a los estibadores), y le comunican que puede seguir así, ¿para qué va a dar un paso adelante?».
El portavoz del PSOE en el debate, César Ramos, contestó que habían hecho lo que dijeron desde el principio: «Que votaríamos en contra si no había acuerdo con los trabajadores». Ha pedido a los estibadores presentes que en el proceso que comienza ahora no haya paros en los puertos (la Coordinadora de Trabajadores del Mar ya ha anunciado que si no salía el decreto adelante la huelga se desconvocaría). «Pongan un plazo razonable al acuerdo, pónganse a trabajar desde mañana y que no acabe la película diciendo quienes son los malos y los buenos», recomendó.
Dimisión del ministro
Con especial dureza ha intervenido en el debate Félix Alonso, de Unidos Podemos-En Comú Podem. Ha empezado saludando a los representantes de los trabajadores que han seguido el debate en la tribuna de invitados -en ese momento se han levantado a aplaudir y a levantar el puño sus compañeros de grupo- y ha llegado a pedir la dimisión de De la Serna, al que ha acusado de tener «actitudes de tahúr», o del secretario de Estado de Infraestructras, Julio Gómez-Pomar.
Calificó el decreto como «salvaje» y lamentó las «tretas de taberna y de última hora» del Gobierno -en referencia al retraso en la votación hasta que estuvieran de viaje las diputadas- y el «cambio de cromos» con grupos como el PNV -a los que han ofrecido apoyar en los presupuestos del País Vasco- para obtener unos apoyos que al final no han conseguido.
Para el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo, el Gobierno «ha infravalorado al sector de la estiba», que a su juicio es «un ejemplo a seguir» contra la precarización. «El sueldo de los estibadores no lo pagan los españoles, sino empresas internacionales que ganan muchísimo dinero, en función de la productividad», abundó la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas.
«Si hubieran tenido un poco más cintura esto no hubiera ocurrido. La culpa es del PP y del Gobierno. Hoy no acaba la negociación, hoy empieza», concluyó Joan Baldoví, de Compromís.
http://www.eldiario.es/economia/Congreso-recuerda-Gobierno-derrotado-absoluta_0_622937841.html
La oposición tumba el decreto del Gobierno que liberaliza la estiba
La anunciada abstención de Ciudadanos limita al PP y al PNV los respaldos a la norma impuesta por la UE, mientras que el resto de los grupos se manifiesta en contra en medio de un tenso debate
La mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados se ha manifestado esta mañana en contra de la convalidación del decreto-ley presentado por el Gobierno por el que se liberalizan los servicios de estiba en los puertos españoles con la pretensión de cumplir una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de 2014. Es la primera vez de la cámara parlamentaria adopta una posición contraria, de “desobediencia”, a una norma impuesta desde Bruselas.
La votación por el pleno ha confirmado el resultado anunciado: han participado en el sufragio la totalidad de los parlamentarios, 348 presentes más dos votos emitidos telemáticamente (en caso de enfermedad). A favor de convalidar el decreto se han pronunciado 141 diputados, en contra otros 174, mientras que las abstenciones han sumado 33 (uno de ellos por equivocación, el de Íñigo Errejón). Es la primera vez en esta legislatura que el Gobierno y el grupo popular pierden una votación sobre un texto legislativo presentado por el Ejecutivo.
La votación negativa ha sido anunciada por los grupos parlamentarios socialista, de Podemos, de ERC y otras fuerzas minoritarias. Los diputados de Ciudadanos se han decantado por la abstención mientras que la norma del Ejecutivo ha recibido el respaldo del grupo popular y del PNV, que son sido insuficientes para superar los votos de quienes se oponer.
Imagen del puerto de Algeciras. REUTERS
Finalmente, la abstención del grupo de Ciudadanos, que ayer mismo había anunciado su respaldo al decreto-ley, ha posibilitado la derrota del Gobierno. La noche anterior, sobre el papel, el resultado de la votación era incierto ante la posible ausencia de tres diputadas de formaciones que se mostraban en contra por encontrarse de viaje oficial en Nueva York.
A la hora prevista para la votación estas tres parlamentarias (Marta Sorlí, de Compromís, Ángela Rodríguez, de Unidos Podemos-En Comú-En Marea , y Teresa Jordá, de ERC) han estado presentes tras haber adelantado su regreso, previsto para mañana viernes, una vez fueron avisadas de la “necesidad” de su participación en la votación ante el ajustado resultado que se anunciaba.
El debate y la votación de esta polémica norma que afecta a un colectivo laboral en torno a 6.100 trabajadores se ha producido después de que en la víspera no se alcanzase un acuerdo entre la patronal y el sindicato de estibadores en una negociación in extremis en la que también estuvo presente el Gobierno.
En la tribuna del hemiciclo han estado presentes durante el debate un grupo de representantes del colectivo laboral de la estiba que han sido saludados por el diputado de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Félix Alonso, y el resto de la bancada del grupo confederal. Los trabajadores han respondido levantando el puño desde sus asientos y la presidenta del ha recordado la prohibición de hacer manifestaciones, aunque les ha permitido continuar en el debate sin desalojarlos.
El ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, he defendido la idoneidad del contenido del decreto porque “se limita a cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE”, al tiempo que ha considerado que los puestos de trabajo no están en peligro.
“Se trata de adecuar nuestro mercado a las exigencias comunes de la UE”, ha explicado el ministro en una larga intervención en la que ha detallado más aspectos técnicos y jurídicos que laborales. “El decreto no tiene casi nada, tan solo cuatro artículos”, ha esgrimido. Y ha incidido sobre la amenaza de tener que pagar 134.000 euros diarios si no se convalida la norma.
Durante el debate los respectivos portavoces han defendido con argumentos muy diferentes sus respectivas posiciones. Sin embargo, la intervención del portavoz del grupo popular, Miguel Barrachina, ha desatado la polémica al criticar directamente al grupo de Podemos: “Hace unos días llevaban el brazalete morado pero en Algeciras todos los 1.600 estibadores son hombres, ¡qué puntería, señor Iglesias!, se ha quitado el brazalete morado y lo ha escondido debajo del escaño”, momento en el que ha recibido abucheos desde la bancada morada.
El diputado de ERC Jordi Salvador i Duch, con una camiseta en apoyo a los estibadores en la que se podia leer «ni in paso atrás». EFE/Ballesteros
Pero Barrachina se ha venido arriba: “Yo he recibido muchas amenazas de los del brazalete”, ha dicho provocando múltiples protestas desde los escaños del grupo de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. En ese momento Pablo Iglesias se ha dirigido a la Mesa para trasladar una queja a su comapañera Gloria Elizo, mientras el ambiente se caldeaba y la presidente ordenaba callar.
Pastor ha llegado a llamar al orden por primera vez al diputado de Podemos Juan Antonio Delgado, aunque la cosa no ha pasado a mayores. La portavoz de la bancada morada, Irene Montero, ha pedido la palabra para trasladar la queja de su grupo por atribuírsele amenazas por parte de Barrachina. “Así como nosotros nos tenemos que oír lo que usted nos diga, creemos que también el matonismo merece una reflexión de esta cámara”, ha dicho.
El diputado popular ha replicado que “Podemos amenaza como amenaza a los periodistas, a jueces y amenaza al PP”. Más bronca y hasta el portavoz del grupo popular, Rafael Hernando, ha querido también medrar para protestar por el uso de la palabra “matonismo” referida a su grupo.
Finalmente, las protestas han ido cediendo y la presidenta ha dado por concluido este debate, dando paso al punto siguiente en el que, para sorpresa de unos y de otros, ha intervenido en primer lugar Pablo Iglesias… para hablar sobre perros y su posición contraria a que se les corte el rabo.