Colombia: Dialogando y combatiendo
El presidente Juan Manuel Santos de Colombia, mejor conocido como: El «Carnicero de Nariño», se enorgullece del derramamiento de sangre en toda Colombia. Sus risas diabólicas y goces satánicos son conocidas por todos, cuando este anunciaba las muertes de los comandantes Iván Ríos y Raúl Reyes. Lo mismo se produce cuando asesinan al inolvidable comandante Alfonso Cano. Sin dudas, estamos ante un siniestro personaje que quiere sellar los diálogos de paz con la sangre generosa del pueblo colombiano.
Más de cincuenta (50) años de resistencia y lucha de un pueblo armado organizado en la insurgencia en la selva colombiana. Recibiendo ataques y bombardeos feroces y con las últimas tecnologías de punta, Y no han podido vencer la voluntad de un pueblo que quiere la paz con justicia social.
El 50 % y algo más de la zona rural es controlado o recibe influencia de la insurgencia armada colombiana. Presencia imposible de borrar por la composición social, económica, política y geográfica de la guerrilla.
La guerra es estimulada y financiada por el Estado colombiano, su gobierno de turno y los Estados Unidos de Norteamérica. El pueblo para sobrevivir tiene que alzarse en armas para continuar la vida. No hay de otra: ¡Combatir es el camino!
El «Carnicero de Nariño» tendrá combates en toda Colombia, la sangre derramada y fértil no será en vano. Los guerrilleros y soldados caídos son muestras claras que desde el gobierno colombiano se actúa de mala fe y con fines inconfesables.
No basta el accionar de buena fe de la guerrilla colombiana: Deseando dialogar, con voluntad de poner fin a la guerra, liberando prisioneros de guerra, anunciando un cese al fuego unilateral, trasladando un importante equipo de guerrilleros hacia la Habana, Cuba para discutir los términos de una posible solución al conflicto social y armado, etc.
El panorama se esclarece con el tiempo… «El Carnicero de Nariño» se alimenta de sangre, ese ha sido su conducta en todo este proceso donde él ha ocupado papeles protagónicos.
Que continuen las conversaciones de paz en la Habana, Cuba. Tener presente que se conversa con un farsante, simulador y un personaje insaciable y sediento de sangre, de la sangre generosa y valiente del pueblo colombiano.
La insurgencia armada de Colombia (FARC-EP Y ELN) tienen que actuar levantando la consigna de: Dialogando y combatiendo. Para impedir que el pueblo armado caiga bajo un fuego traicionero y cobarde. Manteniendo la guardia en alto… ¡El futuro nos petenece!
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