CNI: De Carrero Blanco a Corinna, 50 años de servicios secretos españoles
La historia de los centros de inteligencia del Estado acumula una serie de escándalos de todo tipo desde que en 1968 se creó el precedente del actual CNI
El escándalo sobre las cintas de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein ha puesto los focos en el papel del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El teniente general Félix Sanz Roldán ha pedido comparecer a puerta cerrada en el Congreso para explicar lo que saben los servicios de información sobre Corinna. No será la primera vez que lo hará. Hace cinco años, el militar ya tuvo que ir al Congreso para exponer los datos de que disponía sobre el vínculo entre la aristócrata y el Estado. Por lo que dijo en aquel momento, el CNI sabía muy poca cosa de ella… Ahora, el nombre del general vuelve a aparecer y lo hace por boca de Corinna, quien asegura que el jefe de los espías llegó a amenazarla en un encuentro que mantuvieron en Londres en 2012.
Este año 2018 se cumplen 50 años de la creación del precedente del actual CNI, la Organización Contrasubversiva Nacional (OCN), en 1968. Desde entonces, el servicio de espionaje ha sido uno de los brazos más potentes del Estado y se ha visto salpicado por numerosos escándalos. Se puede decir que la historia de España de estos cincuenta años es también la de sus servicios secretos.
Un superviviente al servicio del Estado
El teniente general Sanz Roldán es un superviviente nato. Fue jefe del estado mayor de la defensa entre 2004 y 2008. El gobierno de Rodríguez Zapatero lo designó para dirigir el CNI en 2009. Que su perfil era bien visto también por el PP, en aquel momento en la oposición, quedó patente con la ratificación en el cargo cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa. Ahora, con el nuevo gobierno gobierno español, Sanz Roldán ha sido de los altos cargos blindados. Su mandato concluye el próximo año.
Al servicio de Sáenz de Santamaría
Una de las actuaciones de Sanz Roldán en los últimos años ha sido su lucha para conseguir que el CNI absorbiera a todos los otros servicios de inteligencia españoles, los que dependen de la Policía, la Guardia Civil y de las fuerzas armadas. En eso tenía todo el apoyo de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de quien dependía el CNI. Los intentos de Sanz Roldán para que quedaran bajo la órbita de Santamaría todos los recursos de espionaje provocó un intenso pulso con su archirival, María Dolores de Cospedal, quién exigió a Mariano Rajoy que impidiera las pretensiones de Santamaría y del director del CNI, como así ocurrió.
Agentes implicados en el 23-F
Los orígenes del actual CNI se tienen que buscar a finales de los sesenta, cuando el régimen franquista se planteaba la necesidad de disponer de unos servicios de información eficaces. El almirante Carrero Blanco, en aquel momento vicepresidente del gobierno, encargó su estructuración a un militar que daría mucho que hablar, el comandante José Ignacio San Martín. Después de Mayo del 68, había temor a posibles repercusiones en España y se creó una Organización Contrasubversiva Nacional (OCN), que enb 1972 se reconvirtió en el SECED (Servicio Central de Documentación), que dependía directamente de Carrero.
Aquellos eran unos servicios básicamente represivos, puestos al servicio de la dictadura y abocados a escrutar todos los movimientos que se produjeran en los partidos de la oposición, los sindicatos y los sectores de la Iglesia más desvinculados del régimen. En plena transición, costó mucho que los servicios se adaptaran a los nuevos tiempos democráticos. El julio de 1977, se volvieron a bautizar con el nombre de CESID (Centre Superior de Información de la Defensa). Al frente continuaron estando militares. El papel de alguno de sus agentes en el 23-F no hizo sino incrementar las dudas sobre el papel del organismo. El comandante José Luis Cortina, miembro del CESID, fue procesado y finalmente absuelto de participar en el intento de golpe. Quien sí que participó en el golpe fue San Martín, condenado a diez años de prisión por rebelión militar.
La era Manglano y el caso CESID
Después del 23-F, se hizo un esfuerzo para profesionalizar los servicios y poner responsables que iniciaran una nueva etapa. El teniente coronel Emilio Alonso Manglano dirigió el CESID durante 14 años (1981-95). Nombrado por el último gobierno de UCD, fue mantenido por el PSOE. Manglano era un militar de trayectoria liberal, un rasgo muy apreciado en un ejército que hervía de conspiraciones golpistas. Esta etapa concluyó en medio del escándalo que supuso el estallido del caso CESID, sobre escuchas telefónicas ilegales a numerosas personalidades que salpicó al entonces vicepresidente Narcís Serra. Las escuchas del CESID llegaron hasta el rey Juan Carlos. Por aquel asunto acabaron saliendo del gobierno Serra y el ministro de Defensa García Vargas, así como también tuvo que dimitir Manglano.
El PP pone a un civil al frente
A Manglano lo sucedió Javier Calderón, otro militar de la casa. Cuando concluyó su mandato de cinco años, el gobierno Aznar designó al primer civil al frente, Jorge Dezcallar, un diplomático experimentado. Fue poco después cuando se rebautizó el organismo con el nombre de CNI.
Cuando el PSOE volvió al gobierno, apostó por otro civil, Alberto Saiz Cortés (2005-09). En este caso fue un nombre controvertido para un cargo tan sensible, puesto que Saiz era un hombre que había hecho la carrera junto a José Bono, nombrado ministro de Defensa por Rodríguez Zapatero. El uso de algunas partidas del centro para gastos personales generó un nuevo escándalo que acabó con su renuncia.
Vigilando los excesos del rey emérito
Una de las tareas del CNI, siempre al servicio del Estado, se ha centrado en la vigilancia de las aventuras del rey emérito y el riesgo que podían suponer para la seguridad. Es conocido el episodio de amistad entre Juan Carlos de Borbón y la artista Bárbara Rey, uno de los mitos de la Transición. Parece que la relación tuvo episodios tórridos que iban más allá de las paellas que la vedette hacía para el emérito en sus escapadas. Lo cierto es que algunos medios explicaron que Bárbara Rey había cobrado dinero del CNI durante años a cambio de su silencio. El rey llegó a denunciar el robo que había sufrido en su casa de material gráfico que podía ser comprometedor. En este tema, por lo que se ve, no parece haber pasado mucho tiempo.