Argentina. Aborto seguro: una necesidad signada por la desigualdad
“El doctor ha aprobado su pedido de asistencia al aborto médico. Los medicamentos necesarios para realizarlo serán enviados dentro de las próximas 24 horas desde el momento en que usted reciba este mensaje, o el día hábil siguiente (…) Le enviaremos otro correo electrónico en cinco semanas para preguntar cómo fue todo. Cuídese, Women on Web.”
El siglo XXI está lleno de contradicciones: a través de un correo electrónico, un médico a distancia aprueba la solicitud de ayuda para terminar un embarazo no deseado, y la ONG holandesa que lo gestiona garantiza que el paquete con la dosis necesaria de Mifepristone y Misoprostol llegará desde Europa a cualquier parte del mundo con un servicio puerta a puerta en menos de una semana. La otra cara de la moneda es que tales acciones forman parte del ingenio militante para soslayar los diferentes escenarios legislativos en torno al aborto y revertir sus consecuencias.
A modo de retribución, la ONG pide una donación de 90 euros para poder suplir los gastos de quienes viven en países con acceso nulo o muy limitado a las drogas necesarias. Cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las pastillas mencionadas forman parte de la lista de medicamentos esenciales.
En Argentina desde hace dos años quienes desean utilizar este sistema no pueden. Al momento de efectuar el aporte económico reciben un mensaje de la ONG advirtiendo que no es posible aceptar el dinero porque los paquetes son retenidos en Aduana.
Women on Waves (Mujeres sobre las olas) es otra organización sin fines de lucro que tiene como misión prevenir embarazos no deseados a través de talleres y campañas de educación sexual. Sostienen que cada año se realizan alrededor de 20 millones de abortos en clandestinidad, lo que resulta en la muerte de aproximadamente 47 mil mujeres al año. Por eso comenzaron brindando asistencia desde un barco , ya que en el territorio la práctica está penalizada. Actualmente, a través de su sitio web reciben los pedidos y consultas de miles de mujeres que buscan acceder a la combinación de los dos medicamentos recomendados.
Consultada por Tiempo Argentino, la doctora Sandra Vázquez, especialista en Ginecología Infanto-Juvenil en el Hospital Dr. Cosme Argerich y directora ejecutiva de FUSA (Fundación para la Salud del Adolescente) explica: “Uno de los inconvenientes en nuestro país es que como el Mifiprestone es una droga estrictamente abortiva, ningún laboratorio la produce ya que no podría comercializarla. La combinación con Misoprostol garantiza una efectividad del 100%. Sólo la segunda da un 85% de certezas”.
En el mapa mundial del aborto, Argentina figura dentro de los seis países del continente en donde el Misoprostol puede conseguirse a pesar de que la práctica es ilegal. Eso es así ya que también tiene otros usos médicos. Después del debate en Intrusos, adonde se propuso hablar sobre aborto y se pronunció el nombre de la droga, la palabra “misoprostol” fue la más buscada en Google y en Wikipedia. En Uruguay, Canadá, Estados Unidos, Guayana Francesa y Guyana también se consigue Mifepristone de manera legal.
De los procedimientos quirúrgicos, el recomendado por la OMS es la técnica de AMEU (Aspiración Manual Intrauterina), que muchas mujeres lo prefieren porque lo realiza un profesional que se hace cargo de la evacuación del útero. En el caso del medicamentoso, la mujer lo utiliza en su casa y unos días después tiene que tener un control ecográfico.
Lo ideal es que la mujer pueda elegir con qué tratamiento se siente mejor, tranquila y mejor acompañada. La técnica de AMEU es sencilla, puede durar diez minutos y hacerse con anestesia local.
En el país, no hay datos oficiales, pero se estima que se realizan entre 350 mil y 520 mil abortos clandestinos por año. La Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Libre y Gratuito impulsa un proyecto para legalizar esta práctica en el marco de garantizar la vida de las mujeres. El Congreso no puede seguir eludiendo el debate.
Yo aborté. Testimonios en primera persona
Analía, 40 años, realizadora audiovisual. Yo aborté cuando tenía 25. Fue un procedimiento quirúrgico para el que conté con el asesoramiento de una amiga, hija de padre ginecólogo y obstetra, y de mi vieja que me ayudó con la plata. Fue una experiencia bastante traumática. Recién me había mudado sola, estaba en pareja hacía un mes y dudé mucho. Hoy me doy cuenta de que lo que me pesaba era la cuestión cultural, porque me había hecho una ecografía a las ocho semanas en la que me hicieron escuchar los latidos. Me superaba la situación. Tuve que poner el cuerpo para la operación y tardé en recuperarme. Soñaba mucho. Pensaba cuántos años tendría un hijo mío si no hubiera abortado. Lo viví con mucha culpa y eso fue la certeza de que no habíamos decidido tener un hijo. Diez años después elegí ser madre. Me saqué el DIU y hoy tengo a mi nena de 4 años.
Nadia Cajal, 30 años, de Tiempo Argentino. “Tenés suerte de tener una ginecóloga progre”, me dijo la médica con la que me atendía por la prepaga. Nos dio dos opciones: una orden a nombre de mi pareja para que compre Oxaprost –el medicamento que se consigue en Argentina y contiene Misoprostol– o un papel, en el que escribió a mano www.womanOnWeb.com. Después de explicarnos las diferencias, estuvimos de acuerdo en que si podíamos afrontar el gasto, era mejor la versión combinada con Mifepristone. Fue una noche larga, triste, de mucho dolor físico y emocional pero transitando el proceso en casa, con mi compañero cuidándome y con una profesional disponible. Años después decidimos ser padres y también pagamos, pero por el privilegio de un parto respetado en una institución de la misma prepaga. Las ricas abortamos, las pobres mueren.
Yésica Meis, 27 años, productora de radio. Aborté a los 20 años. No fue mi decisión. Me dijeron que íbamos al médico y terminé en una casa en el barrio Devoto. Lo primero que vi cuando entré a la habitación fue una camilla con dos servilletas, el olor de la acaroína inundaba el lugar. “Sacate el pantalón y acostate”, me dijo una señora de anteojos grandes y delantal. Otra mujer me agarraba el brazo para ponerme un calmante. Yo sólo lloraba. “Quedate quieta que si te pasa algo vas a tener problemas y yo voy presa”, me repetían. Y sentí el dolor más profundo. Alcancé a ver una fuente de acero con sangre; “era grande”, dijo cuando terminó. Después le pidieron a mi mamá, que esperaba afuera, que entre para ayudarme. Entró y me abrazó. El lugar se lo había recomendado una tía. Estoy a favor del aborto legal y gratuito porque garantiza que podamos elegir.
Maby Sosa, 40 años de Tiempo Argentino. “Será un embarazo hermoso”, me dijo una ecógrafa y yo sentí ganas de vomitar. No quería. Mi ginécologa entonces anotó una dirección: “Esto es seguro. Andá directamente”. Lloraba sin parar, no daba más de miedo, mientras me explicaba que era una cirugía menor, que eran unos minutos, que mucha gente se hace abortos en sanatorios carísimos y que para mí, que no tenía obra social, ese lugar era seguro. Recuerdo al médico diciéndole a mi pareja que vaya a buscar la plata; que a los diez minutos salí y él no había vuelto, y que mi pollera tenía manchas de sangre. No pude contarlo hasta charlar con mi mamá meses después. Ella hizo su confesión y me volví valiente. Todavía me cuesta hablar del tema. Viví demasiado de cerca el miedo de quedarme muerta en un quirófano que, en realidad, es un cuarto.
Informate
Tuitazo. En el marco de las actividades previas al Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo, la Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Libre y Gratuito convoca mañana, lunes, a un tuitazo entre las 12 a 14hs bajo el lema #AbortoLegalya.
Pañuelazo. El mismo 19 de febrero la Campaña promueve un pañuelazo (en alusión al símbolo verde del reclamo) frente al Congreso de la Nación entre las 18 y las 20 horas. Habrá micrófono abierto e intervención urbana .
Para saber más:
Línea Aborto Seguro: (011) 15 66 64 7070
Aborto con Pastillas Argentina: parodemujeres.tiempoar.com.ar
Foto de Edgardo Gómez
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www.resumenlatinoamericano.org/2018/02/18/argentina-aborto-seguro-una-necesidad-signada-por-la-desigualdad/