Agresores del 9 de octubre del año pasado reaparecen a cara descubierta este año
El 9 de octubre del antifascismo ganó la batalla a la ultraderecha valenciana. Unas 10.500 personas respondieron a las agresiones fascistas de la Diada del 2017. El servicio de orden de la movilización de la plataforma Antifascistas País Valenciano, así como el fuerte despliegue policial impidieron que los grupúsculos blavers y de la extrema derecha presentes en algunos tramos de la convocatoria atacaron las manifestantes. Sin embargo, varias personas resultaron agredidas y, incluso, durante la marcha, se dejaron ver a cara descubierta algunos de los agresores del año pasado.
Según pudo confirmar la Directa, Durante la procesión cívica de la mañana había algunos de los investigados por las agresiones del 9 de octubre de 2017. Francisco Moreno Moreno, miembro de la autodenominada «asociación cultural» Defenem Valencia, era uno. Llevaba la pancarta de la Federación Coordinadora de Entidades del Reino de Valencia acompañado por Marisa Pérez Torres, miembro de Defenem Valencia; e Isabel Sánchez Ibanco, presidenta de Defenem Valencia y simpatizante de Vox. Ambas participaron en las extorsiones que sufrieron las asistentes al Encuentro del Campo de Turia. Juan García Sentandreu, abogado, militante ultraderechista, ex presidente del Grupo de Acción Valencianista (GAV) y de Coalición Valenciana, y ahora presidente de la Federación, también encabezó la pancarta de su organización. A su lado, y con gafas de sol, estaba Salvador Fructuoso, miembro de Defenem Valencia,
Sentandreu fue uno de los agitadores que animó a borrar el mural de Elias Taño en solidaridad con los jóvenes de Altsasu. Una llamada que reunió varios militantes de extrema derecha, entre ellos José Luis Roberto, conocido como El Cojo , presidente de España 2000 en Valencia y propietario de la empresa Levantina de Seguridad. Este último también asistió a la procesión cívica y se dejó ver en la manifestación de la tarde acompañado por una cuarentena de militantes y simpatizantes de España 2000 que intentaron agredir las antifascistas después de lanzar gas lacrimógeno.
Otro de los investigados por las agresiones de la Diada de 2017 y que este año encabezó el bloque del Grupo de Acción Valencianista durante algunos tramos de la procesión cívica fue Francisco José Sargues Muñoz, quien agredió al periodista Miquel Ramos. Después de insultar y increpar varias manifestantes, atacó a Ramos golpeándole y rompiéndole el teléfono móvil.
Durante la manifestación de la plataforma antifascista y la Comisión 9 de octubre, también aparecieron militantes y simpatizantes de Ultras Yomus, grupo de ultraderecha seguidor del Valencia Club de Fútbol (Valencia CF). Algunos de ellos, tapados con bragas y gorras, no permitieron que se les viera la cara, pero la Directa pudo identificar Faustino Ortiz, investigado y con un juicio pendiente por haber participado en las agresiones de 2017. Este se mostró a cara descubierta y con actitud chulesca ante las manifestantes.
148 identificados y varios agredidos
Según los datos oficiales de la Delegación de Gobierno, la actuación policial durante el pasado 9 de octubre se saldó con 148 personas identificadas y 58 actas por infracción de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, la conocida Ley Mordaza. Sin embargo, «no significa que todas las identificaciones o actos se hayan llevado a cabo en el entorno de las diferentes manifestaciones celebradas», ha matizado la Policía Nacional.
En cuanto al número de personas agredidas, la policía española no tiene ninguna cifra, aunque sí se han podido documentar algunas agresiones por parte de la extrema derecha. El presidente de la Plataforma por la Lengua, Manolo Carceller, sufrió una agresión por parte de un joven que «le asaltó, le tiró al suelo y le arrebató la pancarta que llevaba» cuando ya se había terminado la manifestación en la plaza América, según denunció en un comunicado Escola Valenciana.
Una vez terminada la convocatoria antifascista, en el cruce del Puente de Aragón con la plaza Zaragoza, dos estudiantes, que volvían de la convocatoria, también fueron agredidos. Un grupo de una decena de nazis salieron a su paso y les golpearon, causándoles hematomas, además de escupirles y insultarlos. «Nos dijeron ‘rojos’, ‘maricones’, ‘guarros’ y más palabras por el estilo cuando ya había finalizado la marcha y íbamos hacia donde habíamos aparcado el coche», relata uno de los jóvenes agredidos. Ambos han denunciado ya lo que ocurrió y, según aseguró la Policía, «se están investigando los hechos para poder identificar a los culpables».
Un grupo de una decena de nazis salieron a su paso y les golpearon, causándoles hematomas, además de escupirles y insultarlos. «Nos dijeron ‘rojos’, ‘maricones’, ‘guarros’ y más palabras por el estilo»
El resto de agresiones que se han podido confirmar hasta ahora se produjeron durante la manifestación. Una de ellas fue contra el fotoperiodista de El Salto País Valenciano José Ángel Rocamora, a quien agredieron en dos ocasiones. Para la zona del instituto Lluís Vives, justo cuando desde un balcón se desplegó una pancarta donde se podía leer «catalanistas fuera de Valencia», «la manifestación antifascista se cruzó con un grupo de blavers». «En ese momento, empecé a grabar muchísimo y un fascista me arrancó el móvil de las manos. Le dije que era periodista, se volvió y corrió para salir del cordón policial. Ya fuera, se quitó el cinturón y me amenazó «, relata Rocamora. La segunda agresión sucedió mientras estaba grabando las provocaciones de otro grupúsculo. «Un hombre me cogió el móvil y me pegó un puñetazo en la cara, pero no pude grabarlo», denuncia. Rafael Atez, otro periodista de El Salto, También sufrió los insultos y amenazas de la extrema derecha, además, intentaron robarle la cámara.
Entre gritos de «Sieg Heil» y «Josué libertad» -en referencia a Josué Estebanez, asesino del antifascista Carlos Palomino-, un grupo de neonazis lanzó gas lacrimógeno a algunas periodistas que cubrían la manifestación antifascista, así como varios policías . Durante este incidente, debido a los gases, la periodista Loreto Ochando, de Valencia Plaza , comenzó a llorar y a toser sin poder respirar. Minutos después, los agentes tuvieron que ayudar a las periodistas atacadas a lavarse la cara.
La Unión de Periodistas ha mostrado también su rechazo a las agresiones que sufrieron algunas periodistas y fotoperiodistas: «fueron insultados y amenazados por personas de extrema derecha con el objetivo de dificultar el normal ejercicio de la profesión», durante la cobertura del 9 de octubre.
Agressors del 9 d’Octubre de l’any passat reapareixen a cara descoberta enguany
El servei d’ordre de la mobilització antifeixista, així com el fort desplegament policial van permetre que la manifestació d’aquesta Diada del País Valencià transcorregués sense pràcticament incidents, encara que es van produir algunes agressions. Diversos agressors de l’any passat van reaparèixer a cara descoberta i amb actitud xulesca durant la processó cívica del matí i la convocatòria d’Antifeixistes i la Comissió 9 d’octubre
El 9 d’octubre l’antifeixisme va guanyar la batalla a la ultradreta valenciana. Unes 10.500 persones van respondre a les agressions feixistes de la Diada del 2017. El servei d’ordre de la mobilització de la plataforma Antifeixistes País Valencià, així com el fort desplegament policial van impedir que els grupuscles blavers i de l’extrema dreta presents en alguns trams de la convocatòria atacaren les manifestants. Tot i això, diverses persones van resultar agredides i, fins i tot, durant la marxa, es van deixar veure a cara descoberta alguns dels agressors de l’any passat.
Segons va poder confirmar la Directa, durant la processó cívica del matí hi havia alguns dels investigats per les agressions del 9 d’octubre de 2017. Francisco Moreno Moreno, membre de l’autodenominada “associació cultural” Defenem Valencia, n’era un. Duia la pancarta de la Federació Coordinadora d’Entitats del Regne de València acompanyat per Marisa Pérez Torres, membre de Defenem Valencia; i Isabel Sánchez Ibanco, presidenta de Defenem Valencia i simpatitzant de Vox. Ambdues van participar en les extorsions que patiren les assistents a l’Aplec del Camp de Túria. Juan García Sentandreu, advocat, militant ultradretà, expresident del Grup d’Acció Valencianista (GAV) i de Coalició Valenciana, i ara president de la Federació, també va encapçalar la pancarta de la seua organització. Al seu costat, i amb ulleres de sol, hi estava Salvador Fructuoso, membre de Defenem Valencia, simpatitzant de Vox i un dels principals agitadors a les xarxes socials contra la convocatòria antifeixista.
Sentandreu va ser un dels agitadors que va animar a esborrar el mural d’Elias Taño en solidaritat amb els joves d’Altsasu. Una crida que va reunir diversos militants d’extrema dreta, entre ells José Luis Roberto Navarro, conegut com El Cojo, president d’España 2000 a València i propietari de l’empresa Levantina de Seguridad. Aquest últim també va assistir a la processó cívica i es va deixar veure a la manifestació de la vesprada acompanyat per una quarantena de militants i simpatitzants d’España 2000 que van intentar agredir les antifeixistes després de llançar gas lacrimogen.
Un altre dels investigats per les agressions de la Diada de 2017 i que aquest any va encapçalar el bloc del Grup d’Acció Valencianista durant alguns trams de la processó cívica va ser Francisco José Sargues Muñoz, qui va agredir el periodista Miquel Ramos. Després d’insultar i increpar diverses manifestants, va atacar Ramos colpejant-li i trencant-li el telèfon mòbil.
Durant la manifestació de la plataforma antifeixista i la Comissió 9 d’octubre, també van aparèixer militants i simpatitzants d’Ultras Yomus, grup d’ultradreta seguidor del Valencia Club de Fútbol (Valencia CF). Alguns d’ells, tapats amb bragues i gorres, no van permetre que se’ls veiés la cara, però la Directa va poder identificar Faustino Ortiz, investigat i amb un judici pendent per haver participat en les agressions de 2017. Aquest es va mostrar a cara descoberta i amb actitud xulesca davant les manifestants.
148 identificats i diversos agredits
Segons les dades oficials de la Delegació de Govern, l’actuació policial durant el passat 9 d’octubre es va saldar amb 148 persones identificades i 58 actes per infracció de la Llei Orgànica de Seguretat Ciutadana, la coneguda Llei Mordassa. Tanmateix, “no significa que totes les identificacions o actes s’hagin dut a terme en l’entorn de les diferents manifestacions celebrades”, ha matisat la Policia Nacional.
Pel que fa al nombre de persones agredides, la policia espanyola no té cap xifra, encara que sí que s’han pogut documentar algunes agressions per part de l’extrema dreta. El president de la Plataforma per la Llengua, Manolo Carceller, va patir una agressió per part d’un jove que “l’assaltà, el tirà a terra i li arrabassà la pancarta que portava” quan ja s’havia acabat la manifestació a la plaça Amèrica, segons va denunciar en un comunicat Escola Valenciana.
Una vegada acabada la convocatòria antifeixista, en l’encreuament del Pont d’Aragó amb la plaça Saragossa, dos estudiants, que tornaven de la convocatòria, també van ser agredits. Un grup d’una desena de nazis van eixir al seu pas i els van pegar, causant-los hematomes, a més d’escopir-los i insultar-los. “Ens van dir ‘rojos’, ‘maricones’, ‘guarros’ i més paraules per l’estil quan ja havia finalitzat la marxa i anàvem cap a on havíem aparcat el cotxe”, relata un dels joves agredits. Ambdós han denunciat ja el que va ocórrer i, segons ha assegurat la Policia, “s’estan investigant els fets per tal de poder identificar als culpables”.
Un grup d’una desena de nazis van eixir al seu pas i els van pegar, causant-los hematomes, a més d’escopir-los i insultar-los. “Ens van dir ‘rojos’, ‘maricones’, ‘guarros’ i més paraules per l’estil”
La resta d’agressions que s’han pogut confirmar fins ara es van produir durant la manifestació. Una d’elles va ser contra el fotoperiodista d’El Salto País Valencià José Ángel Rocamora, a qui van agredir en dues ocasions. Per la zona de l’institut Lluís Vives, just quan des d’un balcó es va desplegar una pancarta on es podia llegir “Catalanistas fuera de Valencia”, “la manifestació antifeixista es va creuar amb un grup de blavers”. “En eixe moment, vaig començar a gravar moltíssim i un feixista em va arrencar el mòbil de les mans. Li vaig dir que era periodista, me’l va tornar i va córrer per eixir del cordó policial. Ja fora, es va treure el cinturó i em va amenaçar”, relata Rocamora. La segona agressió va succeir mentre estava gravant les provocacions d’un altre grupuscle. “Un home em va agafar el mòbil i em va pegar un cop de puny a la cara, però no vaig poder gravar-ho”, denuncia. Rafael Atez, un altre periodista d’El Salto, també va patir els insults i amenaces de l’extrema dreta, a més, van intentar furtar-li la càmera.
Entre crits de “Sieg Heil” i “Josué libertad” -en referència a Josué Estebanez, assassí de l’antifeixista Carlos Palomino-, un grup de neonazis va llançar gas lacrimogen a algunes periodistes que cobrien la manifestació antifeixista, així com a diversos policies. Durant aquest incident, a causa dels gasos, la periodista Loreto Ochando, de Valencia Plaza, va començar a plorar i a tossir sense poder respirar. Minuts després, els agents van haver d’ajudar les periodistes atacades a llavar-se la cara.
La Unió de Periodistes ha mostrat també el seu rebuig a les agressions que van sofrir algunes periodistes i fotoperiodistes: “van ser insultats i amenaçats per persones d’extrema dreta amb l’objectiu de dificultar el normal exercici de la professió”, durant la cobertura del 9 d’octubre.
Investigats per agressions del 9 d’Octubre de l’any passat reapareixen a cara descoberta enguany